Segundo Curso Avanzado sobre Obesidad - page 98

98|Francisco Sánchez Muniz y Bernabé Sanz
Recientemente se han publicado estudios donde se demuestra un efecto
reductor ponderal en planteamientos dípsicos correctos. No obstante, se discute la
conveniencia del consumo de líquido antes o durante las comidas.
El consumo de bebidas acalóricas (p. ej. agua) antes de las comidas tiene un
efecto levemente saciante. Disminuir su disponibilidad durante la comida tendría
un valor coadyuvante potencial, ya que tiende a comerse menos cuando no se
dispone de líquido que ayude a deglutir, particularmente en el caso de alimentos
con poco contenido de agua.
Bebidas estimulantes.
El café, el té y el cacao son bebidas que contienen
bases xánticas, sustancias de acción estimulante central que incrementan el nivel
de catecolaminas y la liberación de ácidos grasos. Aunque no son consideradas
como parte integrante de la dieta
per se,
ya que no aportan energía ni nutrientes en
cantidades significativas, su consumo aunque no es necesario, sí puede ser
adecuado bajo el punto de vista del tratamiento de la obesidad. En algunos casos
las dietas muy restrictivas conducen a una situación “aletargante” que debe ser
evitada si se pretende mantener el gasto energético lo más elevado posible. No
obstante, la ingesta continua y en concentraciones elevadas de estas bebidas
crearía dependencia y tolerancia, por lo que su consumo debe ser ante todo
moderado debiendo evitarse el consumo excesivo de las mismas. Aunque para el
consumo de café y de té se han observado efectos antioxidantes de indudable
importancia, en los cafés muy concentrados y no filtrados, se encuentran dos
diterpenos (Cafestol y Kahweol) cuyo consumo modifica de forma negativa el perfil
lipoproteico. En España el consumo de cacao se realiza normalmente de forma
azucarada y con leche, lo que eleva considerablemente la densidad energética de
este alimento.
Hidratos de Carbono.
En contra de las tendencias actuales, debe asegurarse
una ingesta adecuada y suficiente de hidratos de carbono (no menos de 100 g día)
(Tabla 1). Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos contienen agua y
fibra y suelen ser más voluminosos, contribuyendo a ejercer efectos de saciedad.
Además, los hidratos de carbono ayudan a la hidratación corporal (el glucógeno y
los glucosamina-­‐glicanos entre otros) y tienen un mayor efecto termogénico
(elevación del metabolismo basal en un 10-­‐15%) que las grasas. Se permitirán, en
1...,88,89,90,91,92,93,94,95,96,97 99,100,101,102,103,104,105,106,107,108,...528
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