Importancia de la dieta en la obesidad |93
en aquellos niños donde la actividad física esté limitada. La prevención de la
obesidad en la edad pediátrica es una estrategia prioritaria de salud pública que
requiere una acción inmediata y una participación activa y comprometida de los
pediatras, padres, educadores, medios de comunicación y responsables de la
administración sanitaria, industria alimentaria, industria de la moda y sociedad
civil. Estas actuaciones deben plantearse de manera precoz, incluso en estrategias
sanitarias antes del nacimiento.
Se requiere una promoción decidida de la lactancia materna y de
alimentación tradicional, equilibrada y variada, donde predomine el consumo de
frutas, verduras, cereales, legumbres, productos lácteos y complementariamente
pescados, huevos, aceite de oliva virgen, frutos secos, y carnes con bajo contenido
graso. Es necesario incorporar a la educación nutricional teórica (medio escolar) y
aplicada (medio escolar y familiar) unos mensajes claros para limitar el consumo
de bollería industrial, dulces, snacks y alimentos preparados industriales, (p. ej.
hamburguesas con alto contenido graso), refrescos azucarados y bebidas
alcohólicas.
El servicio prestado por los comedores de los centros docentes debe estar
orientado a plantear una oferta alimentaria, nutricional y educacional acorde con
las recomendaciones nutricionales de la comunidad científica. La alimentación en
el hogar debe planificarse para que complemente los aportes del comedor escolar,
siguiendo la misma dinámica aplicada de alimentar, nutrir y educar en el marco de
una dieta tradicional, agradable, participativa y saludable.
Tratamiento nutricional del sobrepeso y obesidad
En el tratamiento diferenciaremos las pautas con las que se pretende
corregir el sobrepeso y la obesidad en el adulto de las que se emplean en el niño o
adolescente, dado que las medidas restrictivas podrían afectar negativamente al
crecimiento y a la conducta de estos últimos. De forma resumida señalamos que en
los niños y adolescentes es mucho más eficaz la prevención que el tratamiento,
dado el enorme número de fracasos que se obtienen en el tratamiento de la
obesidad infantil.