Segundo Curso Avanzado sobre Obesidad - page 85

Importancia de la dieta en la obesidad |85
consumo de los mismos. Así, la frecuencia y volumen de las comidas realizadas se
constituye como marcador de saciedad o de hambre y de importancia decisiva en
el tratamiento de la obesidad. También existe evidencia de la búsqueda específica
de algunos nutrientes, como el sodio o el calcio conocidos como hambres
específicas, donde el comportamiento alimentario se focaliza hacia la localización y
consumo de los mismos para evitar que su deficiencia produzca efectos deletéreos
irreparables. No obstante, para otros muchos nutrientes los mecanismos son
menos discriminantes, aunque en muchas ocasiones consiguen compensar de
forma más o menos adecuada tal déficit.
Muchas veces el exceso de ingesta de comida se debe a hábitos dietéticos
inadecuados (comer deprisa, no masticar, alimentación forzada durante la niñez
que altera la señal de saciedad) o a problemas psicológicos (estrés, falta de afecto,
depresión) que demandan especial interés y que serán de obligado conocimiento y
cuidado en la dietoterapia. Actualmente un gran número de alimentos que
consumimos son muy elaborados y requieren un
esfuerzo masticatorio
mucho
menor que aquellos menos elaborados y convencionales. Cuando el tiempo de
permanencia en la boca se reduce, por demandar menos trabajo masticatorio, la
información desde mecanoreceptores, volorreceptores, osmorreceptores, etc.
hacia el hipotálamo se reduce de forma significativa, induciendo menor saciedad.
Por otra parte, la deglución rápida se acelera debido a la presencia de factores muy
palatables que incrementan la cantidad y la velocidad de la ingesta.
Normalmente un
déficit agudo de energía
es rápidamente compensado en la
siguiente comida, mientras que el
exceso de energía
promueve distanciamiento de
la siguiente comida o reducción del volumen de la misma. Por otra parte, un
déficit
de uno de los macronutrientes
no conduce a un aumento de la ingesta de ese
macronutriente particular en la comida siguiente, sino más bien a un incremento
de la ingesta de energía en cantidades equivalente. Por el contrario, un
exceso de un
macronutriente
en una comida sí produce una reducción de la ingesta del mismo
macronutriente en la siguiente comida.
Sin embargo los macronutrientes se diferencian entre sí por su efecto
saciante. Así, las
proteínas
son las macronutrientes que inducen mayor efecto
saciante. Los mecanismos no están totalmente dilucidados, aunque se relacionan
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