452| Francisco Sánchez Muniz
aumento de peso. Durante el régimen esto tiene poca importancia a consecuencia
del hecho de la reducción global del alimento, pero debido a su efecto sobre la
palatabilidad pueden acelerar la recuperación del peso cuando se detenga la
vigilancia. Además, debido a la
neoglucogénesis,
la escasez de hidratos de carbono
reduce la resistencia de los músculos al rendimiento físico, lo que conduce a más
fatiga y a reducción del gasto energético por ejercicio.
El Profesor Mataix señala que en esta dieta hay principios generales que
merecen detallarse y criticar.
1º)
El problema de la obesidad no es de cantidad de comida sino de la calidad
(y el tipo) de los alimentos que la contienen.
2º)
Las proteínas presentes en
numerosos alimentos tanto de origen animal como vegetal no engordan
. 3º)
Los
hidratos de carbono se dividen en beneficiosos para el organismo o “buenos” y
nocivos o “malos”. Los buenos son tanto los simples (sacarosa, lactosa), como los
complejos (almidón) siempre que estén presentes en alimentos que contengan fibra.
Los hidratos de carbono malos son igualmente simples y complejos, pero se
consideran así cuando están presentes en alimentos pobres en fibra. Los alimentos
que contienen de la citada manera los hidratos de carbono no deben comerse.
Juicio crítico
. En estos tres puntos se postula que la obesidad se debe a una
instauración de malos hábitos alimenticios que fundamentalmente focaliza en
“malos glúcidos”, capaces de provocar una gran respuesta de insulina, que a su vez
produce una conversión en grasa. Según este principio se permite ingerir los
alimentos ricos en hidratos de carbono “buenos” que aparecen en el Anexo 1. Este
principio general de la dieta de Montignac se basa en que los hidratos de carbono
malos y especialmente el azúcar, provocan una gran secreción de insulina, lo cual
favorece la conversión de glucosa en grasa. Lo contrario para los buenos. Aquí hay
dos hechos, según el Prof. Mataix; “malévolamente tratados”. El primero consiste
en que cuando los azúcares simples, como el azúcar, se ingieren, provocan una
gran respuesta de insulina. Primero esto es cualitativamente verdad, pero
normalmente no se toman en grandes cantidades al mismo tiempo, y en segundo
lugar se suelen acompañar con otros nutrientes o con otros alimentos, por lo que la
respuesta a la insulina es ormalmente menor. Es decir es cierto en lo cualitativo,