Obesidad y balance energético|61
embargo, de relativa insuficiencia energética no se da en el caso de las mujeres,
que sí logran cubrir sus requerimientos.
Una pregunta interesante es si están influyendo estos cambios en la ingesta
energética y el “origen” de la misma en el peso corporal y de qué manera. En los
estudios realizados sobre todo en EEUU, parecen ser los hidratos de carbono, con
un porcentaje elevado de los “sencillos”, los que hayan causado un mayor
desequilibrio en el control del peso corporal poblacional, siendo menor el impacto
en el caso de los lípidos.
Actividad física y balance energético
Como ya se ha puesto de manifiesto, nuestro entorno y comportamiento es
claramente de carácter sedentario. Y si bien es cierto que a determinadas edades,
como puede ser la edad infantil, es imprescindible un cierto grado de sedentarismo
a través de las muy necesarias horas de sueño evitando situaciones de
hiperactividad o de estrés oxidativo, también lo es que en exceso puede ser causa
no sólo de sobrepeso/obesidad, sino de efectos secundarios que poco a poco se van
conociendo. Y es que hoy interesa tanto los más conocidos efectos beneficiosos de
llevar un estilo de vida activo, como conocer los perjuicios y consecuencias de una
vida inactiva. Ya conocemos que no basta para mantener la salud la práctica
regular de 30-‐40 minutos diarios de actividad física, sino que ocurre con el resto de
nuestro tiempo: ¿estamos sentados?, ¿nos movemos y cómo?, ¿deambulamos
frecuentemente?
La ausencia de ejercicio se va acentuando progresivamente y cada vez
afecta a edades más tempranas. Los cambios sociales de la era industrial, unidos a
las transformaciones en los hábitos de ocio y la irrupción de tecnologías de la
comunicación como Internet, conducen al ser humano hacia el sedentarismo, sin
que hasta el presente haya alternativas eficaces para combatirlo.
Hoy en día el sedentarismo es una epidemia en todo el mundo. Las
principales autoridades sanitarias son conscientes de la relación entre la vida
inactiva y varias enfermedades y desórdenes físicos y mentales. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) confirma que realizar actividad física de forma regular