Obesidad y balance energético|67
infantil/juvenil. En segundo lugar, se debería evitar comer viendo la televisión, al
mismo tiempo que se debería minimizar la exposición del niño-‐adolescente a los
anuncios no adecuados. Tampoco en las administraciones públicas o desde el
ámbito comunitario, se debe incentivar el entretenimiento pasivo electrónico.
Finalmente, y dado el ya resaltado origen multifactorial de la obesidad, estas
acciones de carácter menor no tendrán éxito si no se logran modificar los factores
obesogénicos. De acuerdo también a lo expuesto a lo largo del presente capítulo,
hay que favorecer todas las acciones conducentes a la equidad social, que eviten o
disminuyan el hecho de que la prevalencia de sobrepeso y la obesidad o el exceso
de sedentarismo y la inactividad física, es más grave a medida que disminuye el
nivel de educación y aumenta la desigualdad en el entorno socioeconómico. Por
otro lado, es imprescindible que el mensaje que se traslade a la población, y los
primeros convencidos deben ser los profesionales implicados, es el del de que
estos problemas se puede prevenir y, en su caso, tratar: se aboga por el “sí
podemos” como principio fundamental a transmitir a nivel individual y colectivo.
Se reconocen muchos errores en la autopercepción sobre alimentación,
peso corporal, actividad física, etc.; en definitiva, la nutrición se percibe en muchas
ocasiones a nivel individual más en “cómo me va”, y no basándonos en la evidencia
científica. Ello lleva a numerosos errores, mitos y magia en las temas de
alimentación, actividad física, y deporte. Se propone ser aún más beligerantes para
evitar estos errores y mitos, tanto desde las Administraciones públicas, como
desde el ámbito educativo, científico, asistencial, o medios de comunicación, en
caso de ser necesario.
El Estilo de Vida Mediterráneo (EVM), considerado en todos sus aspectos
(alimentación, actividad física, socialización), en definitiva como un óptimo de
filosofía de vida, se considera el mejor modelo en la prevención, probablemente
también en el tratamiento, del sobrepeso y la obesidad y el excesivo sedentarismo.
Además, debe remarcarse que no sólo la densidad de nutrientes y factores
asociados de calidad de vida en relación al coste es más favorable para la DM que
con otros tipos de dieta, sino que se plantean modelos de adherencia y de
seguimiento de la misma a un relativo bajo coste, lo que adquiere especial
relevancia en la actual situación de crisis económica. El EVM no es sólo un patrón