Segundo Curso Avanzado sobre Obesidad - page 60

60|Gregorio Varela
En la evaluación de los factores que están condicionando nuestra ingesta
energética, cobra cada vez mayor relevancia el saber el tipo de establecimiento en
el que hacemos nuestra compra de alimentos, o si visitamos por ejemplo con
regularidad restaurantes de comida rápida. Los resultados de los pocos estudios
llevados a cabo, fundamentalmente por el grupo de Adam Drewnowski en EEUU
son concluyentes: el porcentaje de calorías provenientes de “fast food” supera
como media el 15% en el rango de edad de entre 20 y 39 años, y es de sólo el 6%
en los que tienen 60 y más años. ¿Se refleja este patrón de alimentación en el peso
corporal?. Efectivamente, y para todos los grupos de edad, a medida que es mayor
el % de energía obtenida en establecimientos de comida rápida, se incrementa el
peso corporal. Pero además, el impacto del consumo de energía “fast-­‐food”
presenta igualmente una derivada que podríamos denominar de equidad: así, se ha
visto que es en las poblaciones con menores recursos económicos y educativos,
donde más impacta, desequilibrando el balance energético.
Todo lo anterior ha llevado, y continúa, hacia una modificación progresiva
del denominado perfil calórico de la dieta, ya que cada vez aportamos más energía
a partir de lípidos y proteínas, y menos desde los hidratos de carbono,
fundamentalmente los complejos (“almidones”). Y el problema no lo es sólo de los
mal llamados países occidentales, sino también, y de manera más grave en los
llamados países en transición, de los que China constituye un ejemplo a no seguir.
Y es que si se analiza su perfil calórico desde 1991 hasta el año 2010, en su
población infantil y adolescente, los cambios han sido muy significativos:
-­‐
Una disminución progresiva del aporte energéticos desde los
carbohidratos: 66,7% vs. 56,8%.
-­‐
Aumento de la proporción de grasa, desde un 21,5% al 32% actual.
-­‐
Incremento del % de energía a partir de la proteína: 11,8 vs. 13,1.
Resulta también llamativo que cuando se evalúa cómo se ajustan las
ingestas actuales de energía por parte de la población española a las
recomendaciones, se observa que en el caso de los hombres entre 20-­‐39 y 40-­‐49
años de edad, apenas suponen el 92% y el 96%, y que sólo en la franja de edad de
50-­‐59 años se alcanzan el 100% de las Ingestas Recomendadas. Esta situación, sin
1...,50,51,52,53,54,55,56,57,58,59 61,62,63,64,65,66,67,68,69,70,...528
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