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población infantil, situaciones como la menor seguridad vial y ciudadana han
hecho que disminuya de forma considerable el porcentaje de éstos que se
desplazan a pie o en bicicleta hasta el colegio y que juegan solos en la calle. O
acudan a parques, o espacios públicos a practicar juego, ocio, etc. Este aspecto
entraría dentro del llamado “efecto canguro protector” que muchos padres
adoptan ante sus hijos y que no les permiten correr y jugar en la calle con “libre
albedrío”. Además, el desarrollo de las nuevas tecnologías hace que cada vez se
recurra con más frecuencia a actividades de muy bajo coste energético en el
tiempo libre (videoconsolas, videojuegos, internet, etc.).
Recordemos que el
comportamiento sedentario no es simplemente una menor actividad física, sino
que se corresponde con un conjunto de comportamientos individuales en los que
el hecho de estar sentado y/o tumbado pasa a ser la forma postural predominante,
al mismo tiempo que conlleva un gasto energético muy reducido. Por otro lado, los
comportamientos sedentarios se presentan en muchos lugares y situaciones,
trabajo, entorno escolar, hogar, en el transporte o en el tiempo libre y de ocio. El
problema es que numerosos estudios llevados a cabo en los últimos años han
demostrado que el sedentarismo o la inactividad física suponen un factor de riesgo
“per se” para el desarrollo de múltiples enfermedades crónicas. Por otro lado, se ha
comprobado que el llevar una vida físicamente activa produce numerosos
beneficios para la salud: disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades
cardiovasculares, previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial,
mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el
colesterol HDL), disminuye el riesgo de padecer Diabetes de tipo 2, e incluso de
sufrir ciertos tipos de cáncer (colon, mama), mejora el control del peso corporal
(prevención y tratamiento del sobrepeso y de la obesidad), ayuda a optimizar y
mantener la fuerza y la resistencia muscular, etc. Pero también hay que considerar
el deporte de competición, que constituye uno de los fenómenos culturales que
despierta más interés en la sociedad actual. Gracias fundamentalmente a los
medios de comunicación y a la iniciativa e inversión privada, muchos eventos
deportivos se han convertido en grandes espectáculos. Y en este contexto, una
buena alimentación y una hidratación adecuada, resultan primordiales para
adaptarse a los entrenamientos, optimizar el rendimiento físico y acelerar la
recuperación. Y siempre conviene recordar que un deporte lo practicará quién le