48|Gregorio Varela
expresión termodinámica en la persona obesa, existen fallos en el equilibrio de los
procesos moleculares y en la armonía de funcionamiento de los distintos centros
reguladores del hambre, apetito y saciedad, así como una potencial predisposición
genética. Al margen de las características génicas, en el proceso de desarrollo de la
obesidad confluyen sin duda colaborativamente factores determinantes exógenos,
como son el consumo de alimentos y bebidas de alta densidad energética,
sedentarismo, bajo consumo de frutas y verduras, alteraciones del peso al
nacimiento, ausencia de lactancia materna, etc., con una serie de condicionantes
ambientales como un nivel sociocultural y/o socioeconómico bajo, o entorno
desfavorecido, y otros aspectos del entorno que directa o indirectamente influyen
sobre las conductas alimentarias, y la respuesta fisiológica del organismo a la
actividad física.
Existe abundante evidencia epidemiológica que sostiene los efectos
beneficiosos para la salud de un Estilo de Vida Mediterráneo (EVM), y sin duda un
mejor comportamiento en cuanto al equilibrio del balance energético. Aunque la
evidencia no es todavía concluyente, sí se sugiere de manera clara un efecto
protector de la llamada Dieta Mediterránea, entendida como una auténtica filosofía
de vida, sobre el sobrepeso y la obesidad y un mayor grado de vida activa. Nuestro
sustrato cultural y antropológico precedente favorecería la aceptación de prácticas
de consumo alimentario y estilo de vida que resultan familiares a pesar de que las
tendencias recientes hayan impulsado en cierta medida su abandono.
Los rápidos cambios sociales y en el modo de vida acontecidos a lo largo de
las últimas décadas, se han reflejado en un progresivo abandono del perfil
tradicional característico del Estilo de Vida Mediterránea (EVM) en España, y en
otros países de la región mediterránea, especialmente en los colectivos de edad
más joven, y entendida siempre no sólo en “lo que como” y “lo que bebo”, sino
también en “cómo lo cómo” y “cómo me muevo”, es decir, los aspectos sociales de
la EVM. También se han experimentado cambios importantes en otros estilos de
vida, como la práctica de actividad física en nuestro ámbito mediterráneo. Sin
duda, los avances tecnológicos y la mejora en las condiciones socioeconómicas de
vida son factores estrechamente relacionados con esta transformación. Mejores
condiciones de aclimatación tanto en las viviendas como en los lugares de trabajo