142|Javier Puerto
El médico y agrónomo francés Jean Liébault en su Tres libros sobre el
embellecimiento y ornamento del cuerpo humano, afirma que la obesidad es más
conforme con la belleza que la delgadez.
3.5. Barroco
Durante el siglo XVII continúa la situación ambigua respecto a la gordura. La
excesiva se condena, como hace Louis de Rouvroy, Duque de Saint Simón en sus
Memorias con respecto al Príncipe de Mónaco a quien califica de gordo como un
tonel, incapaz de ver más allá de su barriga. Sin embargo, el hombre de sangre real,
alto, considerablemente gordo, pero sin ser achaparrado, de aspecto distinguido y
noble, sin ninguna rudeza, le parece estéticamente agradable.
Durante ese mismo siglo la obra de Pedro Pablo Rubens evidencia un gusto
personal por la voluptuosidad de la carne, pese a que al mismo tiempo exprese,
personalmente,
la voluntad clásica de la esbeltez. Su obra es tomada, en la
actualidad, por un ensayo, en ocasiones desmesurado, sobre los efectos de la
gordura. La misma fascinación que presenta, en la actualidad, el pintor y escultor
colombiano Fernando Botero, en una época en que la obesidad está
completamente estigmatizada, a diferencia del siglo XVII, en que todavía se
mantenía una cierta ambigüedad.
Testimonio de la misma sería la correspondencia de la Marquesa de
Sévigné. Madame de Sévigné se inquieta ante la delgadez de su hija, consulta a Guy
Crescent Fagon, Médico de Luis XIV y le da consejos para engordar. Quiere que
aumente de peso sin ponerse gorda, corpulenta, ni quedarse embarazada, mientras
ella hace esfuerzos para adelgazar. La marquesa resulta una buena muestra de las
inquietudes aristocráticas francesas y muy probablemente europeas. No quería
estar escuálida; tampoco gorda y esas características las relacionaba con la belleza,
con la esbeltez, no con la salud. Para mantener la segunda estaba dispuesta a otra
serie de sacrificios, como alimentarse con carne de víbora para absorber, en teoría,
las impurezas del cuerpo, al igual que otros nobles italianos o españoles.
Como la gordura es cuestión estética, no sanitaria, el juego con las ropas se
convierte en tema central.