398|Manuel Serrano Ríos y María Cascales
Conclusiones y perspectivas futuras
Pocos podían haber pronosticado hace años que el PPARγ surgiría como un
objetivo principal para la modulación terapéutica en el tratamiento de una amplia
variedad de alteraciones metabólicas. El reconocimiento de fármacos bien
caracterizados, las tiazolidinedionas (TZD), que actúan como ligando de alta
afinidad para el receptor, ha esclarecido el conocimiento de la misión clave del
PPARγ en la
regulación y aspectos del metabolismo, tales como la oxidación de
ácidos grasos, la adipogénesis y la sensibilidad a la insulina
y ha proporcionado
una oportunidad única para explorar las consecuencias terapéuticas de modular la
actividad del receptor en un estado relativamente temprano. La utilización de
estos agonistas de receptores nucleares como terapia para el tratamiento de
resistencia a insulina también ha sido objeto de estudio por varios grupos de
investigación. En este caso se ha establecido la acción positiva de la rosiglitazona,
derivado de las TZD antes citadas, agonista del receptor nuclear PPAR
γ
, fármaco
que se utiliza actualmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, sobre el
metabolismo y la cascada de señalización de la insulina en los adipocitos marrones.
También se han comprobado las propiedades antiinflamatorias de los agonistas de
los LXR, que son capaces de revertir la resistencia a insulina sobre el transporte de
glucosa en adipocitos y miocitos. Más recientemente, se ha explorado la posible
reactivación de los adipocitos marrones presentes en los depósitos de grasa
blanca, como estrategia terapéutica para el tratamiento de la obesidad. En este
sentido, la activación farmacológica de la quinasa AMPK, clave para el proceso de
diferenciación del tejido adiposo marrón, se ha demostrado que produce un
incremento en la presencia de adipocitos marrones en los depósitos de grasa
blanca.
Cada vez existen más evidencias de cómo la obesidad y la inflamación
juegan un papel importante en la patogénesis de la resistencia a la insulina y la
diabetes tipo 2. Esto hace que se plantee la sugerencia que quizás no se pueda
hablar de la etiología de la resistencia a insulina en singular, y cabe esperar en un
futuro que se describan más causas y/o mecanismos relacionados con esta
circunstancia. El conocimiento de las diversas causas que generan resistencia a
insulina y sus mecanismos e interrelaciones, nos puede llevar no sólo a poder