Contaminación y obesidad|279
El sistema endocrino es un grupo de órganos pequeños de animales y de
humanos que produce y libera sustancias llamadas “hormonas”. Estas producen
señales bioquímicas que regulan funciones biológicas, tales como desarrollo,
crecimiento, metabolismo y ciertas funciones de los tejidos.
Colburn notó una similitud entre muchos de los síntomas que observó en
los peces y fauna silvestre expuestos a los COP y lo que se observaba en un
organismo cuyo sistema endocrino estaba funcionando mal. Colburn sugirió que
los productos químicos sintéticos presentes en el medio ambiente causaban
alteraciones del sistema endocrino. Algunos de estos productos químicos hacen
que las células del organismo, detecten la presencia de una hormona natural,
cuando en realidad no es así, y de este modo realizan una respuesta inadecuada.
Otros productos químicos sintéticos interfieren con las hormonas naturales
o bloquean la capacidad de las células del organismo para reconocerlas, con lo que
impiden que se produzca la respuesta adecuada.
A partir de las investigaciones de Colburn y otros científicos, la comunidad
médica y la comunidad científica han comenzado a conocer hasta qué grado la
exposición del medio ambiente humano a los COP y a otros contaminantes
químicos, representa una importante amenaza para la salud humana.
Las personas obesas suelen tener concentraciones más altas de PCB, y a su
vez la obesidad aumenta por sí misma el riesgo de diabetes. No es pues erróneo
ralizar un ajuste estadístico relativo a la obesidad, para obtener el riesgo debido al
PCB. En este sentido, el riesgo de diabetes atribuible estadísticamente a
concentraciones altas del PCB 153 (uno de los que con más frecuencia hallamos en
la sangre, la grasa y diversos órganos del ser humano), aunque es sólo de 3,8
(según los estudios del epidemiólogo Matthew Longnecker), es de todos modos,
una cifra elevada.
Por otra parte, está sobradamente demostrado que los alimentos más ricos
en grasas de origen animal tienen más contaminantes organoclorados; y así, no es
de extrañar que las dietas más ricas en grasa sean la gran vía de entrada en el
organismo de contaminantes persistentes. Si las grasas son la principal fuente de