An. Real. Acad. Farm. vol 80 nº 3 2014 - page 135

Wilhelm y Alexander von Humboldt y la cultura española
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y a la protección del ministro Gálvez. El gobierno le ha cedido una casa espaciosa,
en la cual se halla una colección de yesos más bella y completa que ninguna de las
de Alemania. Se admira uno al ver que el Apolo de Belvedere, el grupo de Lacoonte
y otras estatuas aún más colosales han pasado por caminos de montaña que por lo
menos son tan estrechos como los de San Gotardo (Suiza), y se sorprende al
encontrar estas grandes obras de la antigüedad reunidas bajo la zona tórrida, y en
una meseta que está a mayor altura que el convento del Gran San Bernardo”
47
.
A continuación, Humboldt explica su financiación y los efectos de la
renovación neoclásica impulsada desde la Academia, que hizo que considerara a
México la “ciudad de los palacios”, pues antes de la independencia era la primera
ciudad de América y una de las más bellas del mundo: “Las rentas de la Academia
de las Bellas Artes de México son de 24,500 pesos, de los que el gobierno da 12,000,
el cuerpo de mineros mexicanos cerca de 5,000 y el consulado, o junta de los
comerciantes de la ciudad, más de 3,000. No se puede negar el influjo que ha tenido
este establecimiento en formar el gusto de la nación;... Son muchos los buenos
edificios que en el día hay en México, y aun en las ciudades de provincia, como
Guanajuato y Querétaro. Son monumentos que… podrían figurar muy bien en las
mejores calles de París, Berlín y Petersburgo. El señor Tolsá, profesor de escultura
en México, ha llegado a fundir allí mismo una estatua ecuestre de Carlos IV. Y es
obra que, exceptuando el Marco Aurelio de Roma, excede en primor y pureza de
estilo cuanto nos ha quedado de este género en Europa”, de un tamaño colosal para
destacar en el centro del Zócalo
48
.
También destaca el testimonio de Alexander von Humboldt sobre la
acertada política de educación ilustrada desarrollada en América, en la que la
formación clásica era un pilar fundamental. Su alabanza sobre el funcionamiento
de la Academia de San Carlos es especialmente válida por venir de un espíritu
ilustrado rusoniano, en apariencia tan contrario a la tradición española, que,
además, era hermano de Wilhelm, el gran reformador de la enseñaza alemana
49
:
“La enseñanza que se da en la Academia es gratuita, y no se limita al dibujo del
paisaje y figura…, la Academia trabaja con fruto en propagar entre los artistas el
gusto de la elegancia y belleza de las formas. Todas las noches se reúnen en
grandes salas, muy bien iluminadas con lámparas de Argand, centenares de
jóvenes, de los cuales unos dibujan al yeso o al natural, mientras otros copian
diseños de muebles, candelabros u otros adornos de bronce. En esta reunión (cosa
bien notable en un país en que tan inveteradas son las preocupaciones de la
nobleza contra las castas) se hallan confundidas las clases, los colores y razas; allí
47 A. von Humboldt, 1808-­‐1812,
op. cit
. n. 17.
48 Para Tolsá,
Diccionario Biográfico Español,
XLVIII, 2013, pp. 17-­‐19
.
Para “El Caballito”, M. Almagro-­‐Gorbea,
“Medalla de la estatua ecuestre de Carlos IV en México, conocida como ‘El Caballito’”,
Corona y Arqueología
en el Siglo de las Luces.
Madrid, 2010, pp. 420-­‐421
49
Vid. infra
.
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