An. Real. Acad. Farm. vol 80 nº 3 2014 - page 145

Wilhelm y Alexander von Humboldt y la cultura española
597
Costa
100
, todo el centro, el occidente y el norte de
Hispania
estuvieron habitadas
por celtas, incluido el propio País Vasco, ya que las áreas originarias de la lengua
vasca se reducen a las áreas pirenaicas y a la Aquitania, como confirma la
onomástica y la toponimia
101
.
A pesar de propugnar la tesis vasco-­‐iberista, Humboldt metodológicamente
fue un gran innovador en sus análisis lingüísticos de la Península Ibérica en la
Antigüedad, pues fue el primero que reconoció la complejidad lingüística de la
Hispania
prerromana. Al estudiar los prefijos y sufijos, rechazó que los topónimos
en -­‐
briga
fueran vascos, como se había creido hasta entonces, pues los relacionó
acertadamente con los celtas de las fuentes escritas, aunque esta tesis sólo fue
aceptada de forma definitiva un siglo después, al publicar d'Arbois de Jouvainville
Les celtes en Espagne
en 1893
102
. De este modo, identificó en
Hispania
dos áreas
lingüísticas, una ibérica y otra celta, aunque ésta la atribuyó a una invasión
posterior. Humboldt señala cómo “se puede trazar una línea ... que empieza en la
costa Norte del Océano en el límite de los autrigones, que quedan a poniente, baja
hacia el Sur... hasta alcanzar la frontera primero de los celtíberos, luego de los
oretanos y por último el Baetis hasta el mar” y añadía
la división de toda la
Península en dos partes conexionadas de tal manera que se separan en parte por
ríos, el Iberus y el Baetis y en parte por la cadena de montañas de la Idubeda (el
Sistema Ibérico), es tan chocante, que se ha de admirar que nadie hasta hoy haya
prestado atención a ello”
103
. Al reconocer de esta modo dos áreas lingüísticas en la
Hispania prerromana, se adelantó 150 años al mapa de topónimos en -­‐
briga
publicado por Jürgen Untermann en 1961, que separa la
Hispania
celta de la ibérica
con la llamada “línea Untermann”, “que… va desde la desembocadura del Guadiana
por Sierra Morena y por la Mancha hasta... Segorbe, junto al Mediterráneo, gira
después por Aragón y, atravesando el curso superior del Ebro, alcanza la costa
cantábrica”
104
.
Humboldt también llamó la atención sobre la necesidad de estudiar los
epígrafes como documento esencial para los estudios lingüísticos, pues intuía que
estarían escritos en lenguas diferentes, como vasco, púnico y celta
105
. La necesidad
de estudiar las lenguas prerromanas a través de los epígrafes le llevaría a decir: “Si
algún día este estudio ha de conducir a resultados seguros, debe empezar por
rebuscar de nuevo los monumentos, en su mayor parte monedas, en las
100 F. Fita, 1878,
op. cit
. n. 91; H. d’Arbois de Joubainville, 1894, « Les Celtes en Espagne »,
Revue Celtique
14, p.
357-­‐395; 15, p. 1-­‐61; J. Costa, 1917, Costa, J., 1917,
Derecho consuetudinario y economía popular de España
.
Zaragoza (reed. 1981).
101 J. Untermann, 1965,
Elementos de un atlas antroponímico de la Hispania Antigua
, Madrid; M. L. Albertos,
1983, “Onomastique personnelle indigène de la Péninsule Ibérique sous la domination romaine”, en W.
Haase, ed.,
Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt
II, 29,2, Berlin, pp. 853-­‐892; F. Villar, 2000,
op. cit
. n.
78, p. 285; F. Villar y B. M. Prósper, 2005,
op. cit
. n. 95.
102 F. Fita, 1878,
op. cit
. n. 91, p. 64.
103 Humboldt 1821,
op. cit
. n. 55, pp. 132 y 133.
104 J. Untermann, 1961,
op. cit
. n. 95.
105 W. von Humboldt, 1821,
op. cit
. n. 55, p. 212;
id
., 1959,
op. cit
. n. 55, p. 201.
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