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procesos vitales se desarrollen en condiciones óptimas. Como se comentó
anteriormente, una carencia o un exceso de ciertos iones minerales inducen a
trastornos moleculares silentes, visible o invisibles hasta que con posterioridad, si
persiste el efecto, del defecto, carencia o malabsorción se manifiesta la patología
con sus signos y síntomas.
Los siguientes iones minerales tienen un especial significado farmacológico
en el obeso, que podrían ser una de las causas de algunos de los trastornos de
obesidad. Cromo: tiene un gran interés en la obesidad, la diabetes, los estados de
hipoglucemia, favorece la cicatrización y disminuye la grasa corporal, cataliza el
metabolismo de los lípidos. Yodo: estimula el metabolismo celular y con ello
aumenta el consumo energético, dificulta el almacenamiento de grasa. Se usa en
caso de hipotiroidismo, bocio, colesterol y obesidad. Litio: se aplica en trastornos
maniaco-‐depresivos, afecta el sistema nervioso central, se usa cuando las personas
padecen de ansiedad, también ansiedad por la comida en obesidad, estrés,
insatisfacción, etc. En estos casos es muy importante paliar la ansiedad para
facilitar así la pérdida de peso y aumentar el grado de satisfacción de la persona.
Desde antiguo se conoce que el zinc previene el hipogonadismo, el enanismo
inducido por el cadmio, y está relacionado con la obesidad. Ambos, zinc y cobre
pueden administrarse cuando la obesidad tiene un componente hormonal, suele
suceder en mujeres con irregularidades menstruales, en pre-‐menopausia y
después del embarazo. Con obesidad está asociado un incremento de riesgo de
cáncer mamario tanto en mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas. El cobre
iónico es transportado en sangre por la ceruloplasmina y se necesita en la muy
pequeña cantidad de 0,6 mg. al día. El cobalto es necesario en el proceso de
absorción, utilización de la vitamina B12. Por ello en muchos de los estados de
anemia debido a ésta vitamina, la administración de cobalto mejora la debilidad
general, la somnolencia, los síndromes de fatiga crónica y el estado general del
organismo. El magnesio cofactor para la actividad de numerosas enzimas, sistema
nervioso, para la contracción muscular y los procesos intracelulares y
mitocondriales como ATP-‐Magnesio y obtener energía para la actividad física y el
ejercicio.