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insulina es menos eficiente, por ello la captación muscular de la glucosa es más
difícil en la noche. Si se consumen alimentos a base de harinas, la insulina tiene que
conducir esta glucosa hacia el tejido adiposo y no a los músculos. Por esta razón el
consumo de hidratos de carbono en la tarde y noche como suelen hacer los obesos,
no solo impide la movilización de las grasas sino su incremento acumulativo en el
tejido adiposo, y en consecuencia en un aumento de peso.
En resumen, los que practican esta dieta
dieta invertida
(ingerir pocos
alimentos por la mañana y muchos por la noche), pierden masa muscular por la
falta de desayuno, y ganan grasa por comer al anochecer. Pues los carbohidratos
nocturnos en lugar de favorecer el músculo y su energía, se convierten en grasa
que se acumula e induce a obesidad.
Restricción calórica, obesidad y diabetes
La obesidad es un claro factor de riego que interviene en el posible
desarrollo de la diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 "no insulino dependiente" es la
forma más común de esta enfermedad que afecta al 90% de los diabéticos. Este
tipo de diabetes consiste en la incapacidad de las células del cuerpo para utilizar la
insulina y metabolizar la glucosa. La glucosa que acude de la sangre a la célula
después de la ingestión de alimento no es metabolizada y eleva sus niveles en la
sangre. Al llegar alimento al estómago e iniciarse su digestión, y elevarse la glucosa
sanguínea el páncreas segrega el primer pico de insulina almacenada; y aparezca el
segundo pico de insulina sintetizada “de novo”. En la diabetes tipo 2 las células
carecen de capacidad para utilizarla, es decir, no ejerce su efecto, son resistentes a
la insulina. En casos de obesidad o sobrepeso hay una predisposición a padecer la
diabetes, por tanto, es importante identificarla en sus inicios. La obesidad es uno
de los factores que intervienen para que se desencadene la diabetes tipo 2. La
diabetes cursa con el desajuste en el metabolismo de la glucosa; y el trastorno de la
macro-‐ y micro-‐ vascularización que traen consigo las cinco complicaciones de ese
cuadro patológico:
retinopatía,
neuropatía,
nefropatía,
complicaciones
cardiovasculares y alteración de los procesos de cicatrización. A todo ello hay que