Alimentos de interés en sobrepeso y obesidad |173
normales. Animales y seres humanos obesos tienen alteraciones en la composición
de la microbiota intestinal en comparación con sus homólogos delgados (Prados-‐
Bo et al., 2015). En seres humanos, se ha constatado que el metabolismo
bacteriano contribuye a optimizar la extracción calórica de los alimentos hasta en
un 10% (Ley et al., 2006). Esta hipótesis nace de la observación de que pacientes
obesos presentan una microbiota intestinal distinta a la de individuos con un peso
normal (Tilg, 2010).
En relación al metabolismo energético, Farías et at. (2011) comentan que la
composición de la flora intestinal en un individuo puede determinar una mayor o
menor eficacia en la extracción de la energía de la dieta así como una mayor o
menor tendencia a depositar el exceso de energía como tejido adiposo. Requena et
al. (2013) y Nicholson et al. (2012) por su parte, la microbiota colónica participa en
la homeostasis del individuo, al proporcionarle una serie de funciones clave, como
degradación de polisacáridos no digeribles de la dieta y regulación del
almacenamiento de la energía obtenida, entre otras acciones.
Requena et al. (2013), entre otros autores, indican que el consumo de dietas
ricas en grasas y proteínas y baja en fibra se ha asociado con una pérdida de la
integridad de la barrera intestinal. En este sentido, la alimentación con
determinados prebióticos y probióticos, que puedan contribuir con modificaciones
de la funcionalidad intestinal a través de la modulación de la microbiota, el
metabolismo y la respuesta inmune, se considera una posibilidad de actuación
beneficiosa frente a la obesidad.
Picó et al. (2006), indican que hay que tener presentes una serie de factores
que pueden ser claves a la hora de interpretar los resultados de los estudios sobre
probióticos en seres humanos y llegar a conclusiones válidas, como son: la cepa o
conjunto de cepas de probióticos, la cantidad administrada; el tiempo durante el
que se administra el/los probiótico/s; las características físicas de los sujetos a los
que se les realiza la administración (edad, género, genética, etc.), las condiciones
nutricionales de los sujetos que lo reciban (incluyendo IMC, composición corporal,
actividad física, patologías); el número de sujetos (quizá el factor más
controvertido hasta el momento).