Page 350 - Medicamentos fantásticos
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un monocerote humano, un parisino a quien le salió un cuerno en medio de
la frente hacia el 1600.

La pezuña de la gran bestia

Figura 229. Pezuña de la Gran Bestia, dice San Isidoro, son todos los animales cuya conducta se
Bestia, MFH. UCM. manifiesta con gran violencia y ferocidad.628 Ante esta definición episcopal
parecemos encontrarnos ante un remedio peligrosísimo de conseguir.

Dioscórides menciona las uñas de los asnos y las cabras, cuyas
cenizas serían buenas para la gota coral o epilepsia629. Andrés Laguna,
mucho después, ratifica la indicación y advierte:

“Las partes de cualquier animal, todas sirven para infinitas cosas,
salvo aquellas del hombre, que para ninguna útil son buenas, sino para
maldades y hechicerías”.

Opinión contraria a la de la mayoría de los autores que empleaban
diversas partes y excrecencias humanas con fines teóricamente
terapéuticos. De esta manera se pone de manifiesto el delgado límite
existente entre lo considerado farmacológicamente adecuado y el terreno
de la hechicería.

Pese a nombre tan rotundo y oscuro, la auténtica pezuña de la gran
bestia fue un remedio tardo renacentista o barroco.

Fray Esteban Villa630, luego de juguetear con la idea de si pudiera
proceder del avestruz, citado por Plinio631, pasa a describirla como la uña
del alce. Asegura su desconocimiento por parte de los antiguos.

Lo describe como:

628 SAN ISIDORO, Etimologías, op., cit., pág. 69.
629 Andrés LAGUNA, Pedacio Dioscórides…, op., cit., libro II cap. XL, pág. 145-146.
630 Fray Esteban VILLA, Libro de los simples incógnitos de la medicina, Burgos, Pedro Gómez de
Valdivieso, 1643, pág. 97-100.
631 Cayo PLINIO segundo, por Jerónimo DE LA HUERTA, Historia Natural…op., cit., libro X, cap. I
pág. 483.

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