Page 346 - Medicamentos fantásticos
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embargo, por tal se entiende a una bestia de la magnitud y aspecto de un
caballo, con un asta recta en la frente dotada de virtud alexifármaca. En ese
sentido, considera muy improbable su existencia, al menos entre los
animales terrestres. La principal razón aducida es su desconocimiento en
los gabinetes de los Príncipes. No considera un impedimento su extrema
ferocidad, pues todos los animales han sido capturados por los humanos y
menos si tenemos en cuenta la leyenda de la doncella, capaz de amansarlo.
Contradice la opinión de Marco Polo que, como vimos, hacía referencia a
algún tipo de rinoceronte. Tampoco le parece acertada la de Juan Eusebio
de Nieremberg (1595-1658), tomada de Ludovico Romano, según la cual el
Rey de Camboya, alimentado desde niño con veneno, mataba con el aliento
y el tacto a cuantos se le acercaban.620

Da más credibilidad al también jesuita Jerónimo Lobo (1596?-1678)
y a su libro621 en donde testifica la existencia de unicornios africanos en la
provincia de Agaos, del reino de Damota en Etiopía, aunque subraya que
no ha podido saber si efectivamente los hay o no.

Considera posible, como Pomet, la existencia de la especie marina, a
tenor de los testimonios del citado Oalus Magnus y de Conrado Gesnner.622

En el unicornio se entreteje la más pura fantasía, apoyada en una
cita bíblica procedente de un error en la traducción de un texto, con
observaciones de animales similares a los descritos, y nuevas creaciones
fantásticas, efectuadas a medida que se van delimitando las nuevas
especies salvajes en el Occidente. Una búsqueda fabulosa por tierra, mar y
aire, sustentada en una creencia derivada de una confusión filológica.

620 Juan Eusebio NIEREMBERG, Curiosa y oculta filosofía: primera y segunda parte de las
maravillas de la naturaleza, examinadas en varias questinones naturales…por el Padre… de la
compañía de Jesús, Alcalá, imprenta de María Fernández, 1649.
621 Jerónimo LOBO, Relation historique d’Abissinie…traduite du portugais, continuée &
augmentée de plusiers dissertations…par M. Le Grand. París, la veuve d’Antoine-Urbain
Custelier, & Jacques Guerin, 1728.
622 Conrado GESNER, Historia animalium lib. V, Tiguri, in officina froschoviana, 1587.

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