Page 285 - Medicamentos fantásticos
P. 285
No sabían cual era la mejor manera de incorporarlo al torrente fisiológico Figura 197. Portada de
para aprovecharse de las virtudes medicinales que reconocían tan útiles Basilius VALENTINUS,
como los parecelsistas. Muchos incluían panes de oro o plata en sus Azith, sive Aureliae
preparaciones polifármacas, pero no se atrevían a rechazar de plano otras occultae philosophorum,
maneras de introducirlo en el cuerpo de los enfermos. materiam primam, et
decantatum illum lapidem
En definitiva, el oro potable fue el remedio paracelsista, espagirista philosophorum filiis
o alquímico, con más crédito en el ámbito de la terapéutica. Hermetis…Francofurti: I.
Bringeri, 1613.
El oro potable
En el siglo XVI nos lo encontramos en el texto de un conocido mago
de la naturaleza, Juan Bautista Porta (1537?-1615), lo más parecido a un
naturalista actual. En su De i miracoli et maravigliosi effeti dalla natura
prodotti,486 lo considera una de las medicinas de primer orden y expone
una manera de prepararlo.
Durante el Barroco se difundió por toda Europa. En España, ya a
finales del siglo XVI, Diego de Santiago, uno de los destiladores del Escorial,
aunque nunca fue contratado para formar parte de quienes trabajaron
oficialmente para Felipe II, escribió su Arte separatoria.487 Allí se ocupa de
la manera de disolver el oro, sirviéndose del antimonio, con lo cual creaba
un auténtico conflicto a quienes consideraban un peligroso veneno al
segundo metal.
En Venecia, Giovanni Francesco Pico Della Mirandola, dedicó todo
un tratado a la manipulación del oro con fines medicinales.488
Aprovechándose de la marea favorable a la alquimia, al menos a la
destilación, desatada durante el reinado del Rey Prudente, Alejandro
Quintillo, obtuvo un permiso de Felipe III para prepararlo.489
486 Giovan Battista PORTA, De i miracoli et maravigliossi effetti dalla natura prodotti. Libri III,
Venecia: Lodovico Avanzi, 1560, libro III, pág. 123.
487 Diego DE SANTIAGO, Arte separatoria…Sevilla: Francisco Pérez, 1598, pág. 81-83.
488 Giovanni Francesco PICO DELLA MIRANDOLA, De auro libri tres, Venetéis: Ioanem
Baptistam Somaschum, 1586.
285
para aprovecharse de las virtudes medicinales que reconocían tan útiles Basilius VALENTINUS,
como los parecelsistas. Muchos incluían panes de oro o plata en sus Azith, sive Aureliae
preparaciones polifármacas, pero no se atrevían a rechazar de plano otras occultae philosophorum,
maneras de introducirlo en el cuerpo de los enfermos. materiam primam, et
decantatum illum lapidem
En definitiva, el oro potable fue el remedio paracelsista, espagirista philosophorum filiis
o alquímico, con más crédito en el ámbito de la terapéutica. Hermetis…Francofurti: I.
Bringeri, 1613.
El oro potable
En el siglo XVI nos lo encontramos en el texto de un conocido mago
de la naturaleza, Juan Bautista Porta (1537?-1615), lo más parecido a un
naturalista actual. En su De i miracoli et maravigliosi effeti dalla natura
prodotti,486 lo considera una de las medicinas de primer orden y expone
una manera de prepararlo.
Durante el Barroco se difundió por toda Europa. En España, ya a
finales del siglo XVI, Diego de Santiago, uno de los destiladores del Escorial,
aunque nunca fue contratado para formar parte de quienes trabajaron
oficialmente para Felipe II, escribió su Arte separatoria.487 Allí se ocupa de
la manera de disolver el oro, sirviéndose del antimonio, con lo cual creaba
un auténtico conflicto a quienes consideraban un peligroso veneno al
segundo metal.
En Venecia, Giovanni Francesco Pico Della Mirandola, dedicó todo
un tratado a la manipulación del oro con fines medicinales.488
Aprovechándose de la marea favorable a la alquimia, al menos a la
destilación, desatada durante el reinado del Rey Prudente, Alejandro
Quintillo, obtuvo un permiso de Felipe III para prepararlo.489
486 Giovan Battista PORTA, De i miracoli et maravigliossi effetti dalla natura prodotti. Libri III,
Venecia: Lodovico Avanzi, 1560, libro III, pág. 123.
487 Diego DE SANTIAGO, Arte separatoria…Sevilla: Francisco Pérez, 1598, pág. 81-83.
488 Giovanni Francesco PICO DELLA MIRANDOLA, De auro libri tres, Venetéis: Ioanem
Baptistam Somaschum, 1586.
285