Page 290 - Medicamentos fantásticos
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serían delatoras del adulterio. Quien lo cometiere, llevándolas en la mano
las vería perder su color nativo.
Laguna advierte, con toda seriedad, como algunos boticarios la
confunden con otra piedra lázuli, de color ceniciento y sin puntos de oro,
“la cual es veneno corrosivo y muy pernicioso: por donde no se debe
administrar jamás por la boca, sino a los tristes desventurados, que son
forzados a morir por justicia, en los cuales podemos lícitamente hacer de los
venenos prueba”.
Durante el Renacimiento, Juan Arfe504 no trata del lapislázuli, pero sí
de las turquesas, cuyas propiedades confundían algunos. Las consideraba
con virtud para guardar de las heridas a quienes andan a caballo, si caen al
suelo, “pero más cordura será no caer quien pudiera de su caballo.”
En las boticas vallisoletanas de Bernald y Maestre Rodrigo a lo largo
de todo el siglo XVI (1526, 1541 y 1579) se empleaban, en forma de
píldoras, para purgar los humores melancólicos y contra la pestilencia.505
Juan Fragoso, primero y Luis de Oviedo después506 nos explican la
manera de tratarlo según los cánones de Mesué, es decir a tenor de las
enseñanzas de los galenistas islamizados medievales.
Nos señala que según Avicena (980-1037) en el libro De viribus
cordis, tiene las mismas virtudes que el lapis Armeno o el bolo Armeno.
Para Mesué era uno de los simples capaces de purgar trabajosamente. El
lapislázuli se debía moler blandamente en un vaso de piedra y lavarlo con
agua treinta veces, como moliendo. Luego, otras diez, con agua de rosas,
con la advertencia de detenerse un día y una noche en cada agua puesta.
504 Juan ARPHE Y VILLAFAÑE, Quilator de la plata…op., cit., pág. 67v.
505Anastasio ROJO VEGA, El siglo de Oro…op., cit., pág. 256.
506 Juan FRAGOSO, De succedaneis medicamentos liber denuo auctus…Mantuve: Petrus Cosin,
1575, fol. 100v-101. Luis de OVIEDO, Método de la colección y reposición de las medicinas
simples, y de su correction y preparación, Madrid: Alonso Gómez, a costa de Gaspar de Ortega,
1581, fol. 148, 148v, 159v y 160.
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las vería perder su color nativo.
Laguna advierte, con toda seriedad, como algunos boticarios la
confunden con otra piedra lázuli, de color ceniciento y sin puntos de oro,
“la cual es veneno corrosivo y muy pernicioso: por donde no se debe
administrar jamás por la boca, sino a los tristes desventurados, que son
forzados a morir por justicia, en los cuales podemos lícitamente hacer de los
venenos prueba”.
Durante el Renacimiento, Juan Arfe504 no trata del lapislázuli, pero sí
de las turquesas, cuyas propiedades confundían algunos. Las consideraba
con virtud para guardar de las heridas a quienes andan a caballo, si caen al
suelo, “pero más cordura será no caer quien pudiera de su caballo.”
En las boticas vallisoletanas de Bernald y Maestre Rodrigo a lo largo
de todo el siglo XVI (1526, 1541 y 1579) se empleaban, en forma de
píldoras, para purgar los humores melancólicos y contra la pestilencia.505
Juan Fragoso, primero y Luis de Oviedo después506 nos explican la
manera de tratarlo según los cánones de Mesué, es decir a tenor de las
enseñanzas de los galenistas islamizados medievales.
Nos señala que según Avicena (980-1037) en el libro De viribus
cordis, tiene las mismas virtudes que el lapis Armeno o el bolo Armeno.
Para Mesué era uno de los simples capaces de purgar trabajosamente. El
lapislázuli se debía moler blandamente en un vaso de piedra y lavarlo con
agua treinta veces, como moliendo. Luego, otras diez, con agua de rosas,
con la advertencia de detenerse un día y una noche en cada agua puesta.
504 Juan ARPHE Y VILLAFAÑE, Quilator de la plata…op., cit., pág. 67v.
505Anastasio ROJO VEGA, El siglo de Oro…op., cit., pág. 256.
506 Juan FRAGOSO, De succedaneis medicamentos liber denuo auctus…Mantuve: Petrus Cosin,
1575, fol. 100v-101. Luis de OVIEDO, Método de la colección y reposición de las medicinas
simples, y de su correction y preparación, Madrid: Alonso Gómez, a costa de Gaspar de Ortega,
1581, fol. 148, 148v, 159v y 160.
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