Page 283 - Medicamentos fantásticos
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hablar de simples, se hacen más complejas cuando hablamos de Figura 196. Philippo
medicamentos compuestos (preparados con muchos simples). ULSTADIO PATRICIO,
Coelum philosophorum seu
Muchos de los simples llegaban al tesoro farmacológico habitual, de secretis naturae, liber,
contagiados de consideraciones mágicas antiquísimas y la totalidad de los Argentorai: Ioannis
complejos, a los que es prácticamente imposible aplicar la racionalidad del Grieninger, 1525. alegoría del
sistema establecido por Galeno para tratar de explicar el fisiologismo Sol, el oro y la retorta
humano. En la terapéutica pudo más el principio de autoridad, el valor alquímica.
atribuido a lo largo de los años a lo empírico y a lo fabuloso que la propia
experiencia. Se fueron haciendo avances, poco a poco, en ese terreno, pero
no se abandonaron del todo las cuestiones creenciales hasta la obra de
Claude Bernard (1813-1878).
Para Galeno, la enfermedad era algo de todo el cuerpo, por eso la
explicó con la “teoría del catarro.” Según la misma, un humor corrosivo
bajaba por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. El malestar así
era total y a la totalidad del individuo había de tratarse.
Paracelso485 y sus seguidores, los paracelsistas, aceptaban la teoría
fisiológica galenista: creían en los cuatro elementos (tierra, aire, agua,
fuego), provistos cada uno de un par de cualidades (caliente, frío, seco,
húmedo). A partir de ellos se formaría los humores, (sangre, flema, bilis
amarilla o cólera y bilis negra o melancolía) constituidos por cantidades
diferentes de los cuatro elementos y soporte de los temperamentos
(sanguíneo, flemático, colérico y melancólico); pero introducían tres
principios, procedentes de la alquimia medieval: el mercurio (principio de
lo fluido) el azufre (principio de lo volátil) y la sal (principio de la fijeza).
En terapéutica compartían la teoría del catarro, con la del mal específico y
empleaban no sólo medicamentos polifármacos, sino también sencillos, en
donde buscaban la actuación en un solo punto de la naturaleza humana. Se
suele atribuir a los paracelsistas la introducción de las prácticas alquímicas
485 Javier PUERTO, El hombre en llamas. Paracelso, Madrid: Nivola, 2001.
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medicamentos compuestos (preparados con muchos simples). ULSTADIO PATRICIO,
Coelum philosophorum seu
Muchos de los simples llegaban al tesoro farmacológico habitual, de secretis naturae, liber,
contagiados de consideraciones mágicas antiquísimas y la totalidad de los Argentorai: Ioannis
complejos, a los que es prácticamente imposible aplicar la racionalidad del Grieninger, 1525. alegoría del
sistema establecido por Galeno para tratar de explicar el fisiologismo Sol, el oro y la retorta
humano. En la terapéutica pudo más el principio de autoridad, el valor alquímica.
atribuido a lo largo de los años a lo empírico y a lo fabuloso que la propia
experiencia. Se fueron haciendo avances, poco a poco, en ese terreno, pero
no se abandonaron del todo las cuestiones creenciales hasta la obra de
Claude Bernard (1813-1878).
Para Galeno, la enfermedad era algo de todo el cuerpo, por eso la
explicó con la “teoría del catarro.” Según la misma, un humor corrosivo
bajaba por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. El malestar así
era total y a la totalidad del individuo había de tratarse.
Paracelso485 y sus seguidores, los paracelsistas, aceptaban la teoría
fisiológica galenista: creían en los cuatro elementos (tierra, aire, agua,
fuego), provistos cada uno de un par de cualidades (caliente, frío, seco,
húmedo). A partir de ellos se formaría los humores, (sangre, flema, bilis
amarilla o cólera y bilis negra o melancolía) constituidos por cantidades
diferentes de los cuatro elementos y soporte de los temperamentos
(sanguíneo, flemático, colérico y melancólico); pero introducían tres
principios, procedentes de la alquimia medieval: el mercurio (principio de
lo fluido) el azufre (principio de lo volátil) y la sal (principio de la fijeza).
En terapéutica compartían la teoría del catarro, con la del mal específico y
empleaban no sólo medicamentos polifármacos, sino también sencillos, en
donde buscaban la actuación en un solo punto de la naturaleza humana. Se
suele atribuir a los paracelsistas la introducción de las prácticas alquímicas
485 Javier PUERTO, El hombre en llamas. Paracelso, Madrid: Nivola, 2001.
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