Page 254 - Medicamentos fantásticos
P. 254
Figura 180. Ojos de cangrejo, En el siglo XVIII para Pomet, de acuerdo con la tradición medieval,
MFH.UCM. las perlas son cordiales, buenas para fortificar los espíritus y reparar las
fuerzas en los síncopes. Purifican la sangre, evitan la melancolía y aclaran
la vista.
Sus efectos los asemeja a los de otros simples, los ojos de cangrejo,
el coral y otras materias alcalinas. En el mundo de las creencias mágicas,
introduce su actividad alexifármaca, y de acuerdo con la modernidad indica
que sirven para impedir la acción de los ácidos, como astringentes contra
las acritudes del estómago. Acaso esta actividad de anti ácido sirviera para
evitar el hambre canina, otra de las indicaciones reseñadas. También las
aconseja pulverizadas para limpiar los dientes.
Si dejamos de lado sus propiedades puramente mágicas, nos
encontramos con un buen alcalino que evita la acidez del estómago y con
un pulidor dental. Demasiado caro para tan poca cosa. Ya lo advierte
Pomet:
“como estas drogas son extremadamente caras, los que tienen
necesidad no las comprarán más que de honestos mercaderes”.
Más honesto que él, supongo, no habría ninguno, por eso asegura
que el magisterio de perlas, sirve para conservar el cuerpo sano. Evita toda
indisposición, sobre todo el frenesí, el vértigo, la apoplejía, la epilepsia y
otras afecciones del cerebro, al tiempo es un importante cordial, mediante
el cual se evitan palpitaciones y síncopes. No sólo eso, acorde con su
tradición de actuar sobre corazón y cabeza, también sirve para evitar
cualquier fiebre pestilencial: una maravilla, marina y cara.
Si tienen curiosidad en saber como se hacía el magisterio, acudamos
a Félix Palacios404: en un vaso de vidrio se pone la solución de perlas. Se
vacía encima, gota a gota, aceite de Tártaro y o bien se hará una
404 Félix PALACIOS, Palestra Pharmacéutica…op., cit., p. 427.
254
MFH.UCM. las perlas son cordiales, buenas para fortificar los espíritus y reparar las
fuerzas en los síncopes. Purifican la sangre, evitan la melancolía y aclaran
la vista.
Sus efectos los asemeja a los de otros simples, los ojos de cangrejo,
el coral y otras materias alcalinas. En el mundo de las creencias mágicas,
introduce su actividad alexifármaca, y de acuerdo con la modernidad indica
que sirven para impedir la acción de los ácidos, como astringentes contra
las acritudes del estómago. Acaso esta actividad de anti ácido sirviera para
evitar el hambre canina, otra de las indicaciones reseñadas. También las
aconseja pulverizadas para limpiar los dientes.
Si dejamos de lado sus propiedades puramente mágicas, nos
encontramos con un buen alcalino que evita la acidez del estómago y con
un pulidor dental. Demasiado caro para tan poca cosa. Ya lo advierte
Pomet:
“como estas drogas son extremadamente caras, los que tienen
necesidad no las comprarán más que de honestos mercaderes”.
Más honesto que él, supongo, no habría ninguno, por eso asegura
que el magisterio de perlas, sirve para conservar el cuerpo sano. Evita toda
indisposición, sobre todo el frenesí, el vértigo, la apoplejía, la epilepsia y
otras afecciones del cerebro, al tiempo es un importante cordial, mediante
el cual se evitan palpitaciones y síncopes. No sólo eso, acorde con su
tradición de actuar sobre corazón y cabeza, también sirve para evitar
cualquier fiebre pestilencial: una maravilla, marina y cara.
Si tienen curiosidad en saber como se hacía el magisterio, acudamos
a Félix Palacios404: en un vaso de vidrio se pone la solución de perlas. Se
vacía encima, gota a gota, aceite de Tártaro y o bien se hará una
404 Félix PALACIOS, Palestra Pharmacéutica…op., cit., p. 427.
254