Page 250 - Medicamentos fantásticos
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“Oderico dice que en el Oriente, en el Reino del Gran Can, hay tantas
piedras preciosas, que en cierta ocasión, uno de sus reyes fundó un huerto, de
cuyos árboles estaban pendientes muchas piedras de gran valor; y que
especialmente plantó un pino, que mirado a todos lados, estaba cargado de
piñas de preciosísimas piedras”.393

Como es bien sabido, durante el Renacimiento comienzan las
castigatione pliniae, las críticas al romano y a sus seguidores en los pasajes
de su textos más alejados de la observación experimental, sumidos en
leyendas y consideraciones mágicas. Precisamente esa anotación de
errores, tan fácil de realizar debido a las muchas leyendas anotadas sin
crítica por el polígrafo romano, hizo disminuir el fervor y la reverencia con
la que se recibieron los manuscritos griegos originales en la Europa
occidental cristiana. No se trataba sólo de la posible traición de los
traductores árabes a las letras helenísticas, los padres del pensamiento
natural también estaban equivocados. La autoridad merecía respeto pero
debía ser corregida por la experimentación personal.

En el caso de la generación de las perlas, uno de los primeros en
manifestar su desagrado, en España, con respecto a la teoría de la

393 Hernando CASTRILLO, Historia y magia natural o ciencia de la filosofía oculta, con nuevas
noticias de los más profundos misterios, y secretos del universo visible, en que se trata de
Animales, Pezes, Aves, Plantas, Flores, Yervas, Metales, Piedras, Aguas, Semillas, Paraíso,
Montes y Valles. Escrita por el Padre… de la Compañía de Jesús, natural de Cádiz, Madrid: Juan
Sanz, 1723. Por muy oculta que fuera su filosofía, llama la atención como el miembro de una
orden tan informada sobre países exóticos, tome como fuente a uno de los viajeros
medievales sin demasiado crédito como el franciscano Oderico de Pardenóne (1265-1331).
Fue uno de los grandes viajeros medievales, junto a Marco Polo, Juan de Piano Carpini o
Guillermo de Rubrouck. Viajó desde Italia a Turquía, Irán, India, Sumatra, Java, Borneo, China y
regresó a Italia por el Tibet. Su Relación de viaje fue plagiada por un aventurero de origen
incierto, Sir Jhon Mandeville (1300-1372) y entre ambos la llenaron de tremendas fantasías
que siguen difundiéndose durante la Ilustración; Hernando Castrillo, contemporáneo de
Linneo y Buffon, sigue dando crédito a que las piedras preciosas nacen en los árboles como
piñas.

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