Page 183 - Medicamentos fantásticos
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Comienza con la posición clásica de que Quien es amigo del vino/
enemigo es de sí mismo, con todos los ejemplos históricos y morales sobre
los males causados por el exceso en el consumo.
Entre los remedios propuestos para aborrecerlo, vuelve a exponer
el de las anguilas ahogadas en vino.
Para remediar las ventosidades, teóricamente producidas por la
ingesta de peras, advierte: Con las peras vino bebas,/ y sea el vino tanto/ que
ande la pera nadando.
Los vinateros echaban moras o peras sobre el vino. Si era puro,
nadaban sobre él, si aguado, se hundían. Para evitar la supuesta malicia de
las peras, aconsejaba vino purísimo.
Dentro del refranero popular, recuerda un proverbio todavía en
uso: Quien tuviere buen vino, / bébalo, no lo dé a su vecino.
Si antes había explicado los males derivados del exceso, ahora lo
hace con los bienes producidos por un consumo adecuado. Como otros
autores, menciona una larguísima lista de beneficios. Lo considera triaca
contra la ponzoña de cicuta, restaura instantáneamente el espíritu, alarga la
vida, conserva la salud… y es un buen medicamento.
A ese respecto, entre otros, recuerda un refrán del comendador Figura 131. Etiqueta de vino
Hernán Núñez: Vino sine aqua, corpore triaca, aqua sine vino. Corpore quinado andaluz, en donde
venino.296 también se mezclan motivos
religiosos (principios s. XX).
Pese a todos los problemas, el vino se configura como un alimento
imprescindible y un medicamento propicio para muchas enfermedades. No
se concibe la posibilidad de abstenerse de su consumo, aunque sí de los
excesos en el mismo.
Otro médico, en este caso novator, amigo de la química y de la nueva
materia médica americana, de origen milanés aunque afincado en Madrid,
296 Juan SORAPÁN DE RIEROS, Medicina española…op., cit., fol. 298-340.
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enemigo es de sí mismo, con todos los ejemplos históricos y morales sobre
los males causados por el exceso en el consumo.
Entre los remedios propuestos para aborrecerlo, vuelve a exponer
el de las anguilas ahogadas en vino.
Para remediar las ventosidades, teóricamente producidas por la
ingesta de peras, advierte: Con las peras vino bebas,/ y sea el vino tanto/ que
ande la pera nadando.
Los vinateros echaban moras o peras sobre el vino. Si era puro,
nadaban sobre él, si aguado, se hundían. Para evitar la supuesta malicia de
las peras, aconsejaba vino purísimo.
Dentro del refranero popular, recuerda un proverbio todavía en
uso: Quien tuviere buen vino, / bébalo, no lo dé a su vecino.
Si antes había explicado los males derivados del exceso, ahora lo
hace con los bienes producidos por un consumo adecuado. Como otros
autores, menciona una larguísima lista de beneficios. Lo considera triaca
contra la ponzoña de cicuta, restaura instantáneamente el espíritu, alarga la
vida, conserva la salud… y es un buen medicamento.
A ese respecto, entre otros, recuerda un refrán del comendador Figura 131. Etiqueta de vino
Hernán Núñez: Vino sine aqua, corpore triaca, aqua sine vino. Corpore quinado andaluz, en donde
venino.296 también se mezclan motivos
religiosos (principios s. XX).
Pese a todos los problemas, el vino se configura como un alimento
imprescindible y un medicamento propicio para muchas enfermedades. No
se concibe la posibilidad de abstenerse de su consumo, aunque sí de los
excesos en el mismo.
Otro médico, en este caso novator, amigo de la química y de la nueva
materia médica americana, de origen milanés aunque afincado en Madrid,
296 Juan SORAPÁN DE RIEROS, Medicina española…op., cit., fol. 298-340.
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