Page 177 - Medicamentos fantásticos
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enfermedades de los nobles –sin incrementar por ello sus expectativas de
vida- no se percibía, ni mucho menos como alguien digno de imitación, sino
todo lo contrario.

Si el vulgo prohibía la ingestión de agua tras la fruta, sobre todo si se
trataba de melones, el añadía el vino. Si era sólo un trago, para templar la
humedad –dice- entonces bien. Si es más de uno no, pues hará penetrar la
humedad frutal en las venas y al cuerpo da gran pasión,/ enfermedades y
penas.

El vino sería bueno hasta para prevenir el tufo, el desprendimiento Figura 127. Las bodas de Caná,
de anhídrido carbónico causante de tantas muertes cuando se empleaba el Giovanni Volpato, Nuptiae factae
brasero de carbón. ¿Por qué? -Se preguntarán la mayoría-; Corella lo aclara. sunt in Cana Galilea…Romae: s.n.
Al mojar el carbón con vino suben pocos vapores. Si lo hacen no son tan 1772.
secos y producen menos mal en el corazón y la cabeza.

La fortuna de estos libros es el poco caso hecho durante siglos a las
consejas médicas, tan satirizadas por poetas y dramaturgos del siglo de
Oro y el escaso número de personas capaces de leerlas, a consecuencia del
endémico analfabetismo.

La carencia de posibilidades de lectura es siempre una tremenda
desgracia y un elemento limitativo de la libertad individual. Esa máxima es
difícil de discutir. Casi siempre quienes la mantienen se refieren o nos
referimos a los textos de filosofía, historia o religión, tan abundantes en la
España y la Europa de la época, aunque siempre censurados y sometidos a
muy complejos avatares. Si hacemos referencia a los de ciencia, medicina y
terapéutica, en muchas ocasiones, ya vemos, el analfabetismo se convertía
en un cierto seguro contra la muerte desgraciada, aunque sería estúpido
considerar mejores las creencias populares, de las cuales estas consejas
versificadas se hacían eco, aunque aderezadas con citas de clásicos latinos
y árabes.

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