Page 176 - Medicamentos fantásticos
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Las sierpes calientes ser
es cosa muy evidente;
por esto, a mi parecer,
ellas desean oler
al vino, pues es caliente;
o puedes decir mejor,
y es razón cierto bien digna:
que desean este olor
por mitigar su furor,
esles como medicina.
Ya saben. Las serpientes tienen una cualidad olfativa muy aguda y
un furor innato, un prurito incapaz de dejarlas en paz. No son animales
sosegados, sino nerviosos y esa desazón la calman a base de vino en cuanto
pueden. Así, si tenemos suerte y embriagadas se ahogan, se convierten en
medicinas de mucho mérito y potencia. Por eso, en tiempo de pestilencia
aconseja un remedio efectuado con culebras, sin cabeza ni cola, majadas en
vino. Una especie de Triaca Magna, en donde sólo se utilizan dos de sus
varias decenas de componentes.
Esas ideas, o muy parecidas y otras relacionadas con su capacidad
visual corruptora, se creyeron a pies juntillas durante muchos siglos.
Previene severamente sobre la bebida tras la ingestión de fruta.
Las frutas nunca fueron bien miradas por el galenismo. Todos los
vegetales en general, cuya misión más adecuada sería la medicamentosa,
aún más las frutas tenidas por gravemente peligrosas para el
mantenimiento de la salud por sus acuidades.
Cuando se habla con ligereza de la dieta mediterránea debe hacerse
dentro de un contexto histórico. Hasta fechas muy recientes, en pleno siglo
XX, todo aquél que se viera obligado a alimentarse con vegetales se tenía a
sí mismo por un auténtico desgraciado y aunque se viese privado de las
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es cosa muy evidente;
por esto, a mi parecer,
ellas desean oler
al vino, pues es caliente;
o puedes decir mejor,
y es razón cierto bien digna:
que desean este olor
por mitigar su furor,
esles como medicina.
Ya saben. Las serpientes tienen una cualidad olfativa muy aguda y
un furor innato, un prurito incapaz de dejarlas en paz. No son animales
sosegados, sino nerviosos y esa desazón la calman a base de vino en cuanto
pueden. Así, si tenemos suerte y embriagadas se ahogan, se convierten en
medicinas de mucho mérito y potencia. Por eso, en tiempo de pestilencia
aconseja un remedio efectuado con culebras, sin cabeza ni cola, majadas en
vino. Una especie de Triaca Magna, en donde sólo se utilizan dos de sus
varias decenas de componentes.
Esas ideas, o muy parecidas y otras relacionadas con su capacidad
visual corruptora, se creyeron a pies juntillas durante muchos siglos.
Previene severamente sobre la bebida tras la ingestión de fruta.
Las frutas nunca fueron bien miradas por el galenismo. Todos los
vegetales en general, cuya misión más adecuada sería la medicamentosa,
aún más las frutas tenidas por gravemente peligrosas para el
mantenimiento de la salud por sus acuidades.
Cuando se habla con ligereza de la dieta mediterránea debe hacerse
dentro de un contexto histórico. Hasta fechas muy recientes, en pleno siglo
XX, todo aquél que se viera obligado a alimentarse con vegetales se tenía a
sí mismo por un auténtico desgraciado y aunque se viese privado de las
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