Page 173 - Medicamentos fantásticos
P. 173
Sobre la cerveza, considera la más opilativa y medicinal la hecha con
agua, cebada y lúpulo, si bien escribe: “en España hay muy buenos vinos y
muy buenas aguas y hay poca necesidad de cerveza.”

Francisco Nuñez de Oria se mueve por similares caminos280. Dedica
el quinto y último libro de su tratado al análisis minucioso de los vinos.

Como todos, se muestra contrario a su empleo en ayunas, “porque
vemos algunos que luego como amanece se van a las tabernas por la
malvada costumbre que tienen y beben sin haber comido, y se hallan sin
daño. Empero muchas veces estos tales mueren repentinamente.”

No sólo no ha de beberse en ayunas, tampoco después del ejercicio,
trabajo o acto venéreo.

La embriaguez es madre de todas las desgracias: la ira, el odio, el
rencor, el hablar sin tiento, los adulterios y homicidios. Puede ser causa de
apoplejía, estupor, pasmo o tremor. Corrompe la complexión cerebral,
daña los nervios y el estómago.

El vino daña a los viejos, pero en los mozos, si lo toman con
templanza, fortifica todas las virtudes del cuerpo, animal vital natural,
aumenta la sangre por ser semejante a ella, da buen sabor a los manjares,
incita a comer y a la lujuria, conforta el estómago, ayuda a retener el
manjar y a expeler las heces, corrobora todas las acciones del alma y del
cuerpo: de los tristes hace alegres, muda el vicio en virtud, convierte la
crueldad en piedad, la avaricia en largueza, la soberbia en humildad, la
pereza en solicitud, el temor en osadía, el callar en facundia, la torpeza en
ingenio y astucia.

Con los antiguos, compara al vino con la triaca magna, la panacea
universal. Para él, los beneficios superaban con mucho a los posibles
problemas.

280 Francisco NUÑEZ DE ORIA, Regimiento y aviso…op., cit., fol. 316-352.

173
   168   169   170   171   172   173   174   175   176   177   178