Page 164 - Medicamentos fantásticos
P. 164
aunque ahora se sabe que no fue sino un trujamán, dedicado a difundir el
saber de los autores árabes en la Escuela salernitana.
El libro, dedicado a Roberto I de Nápoles (1278-1343) trata por
primera vez, que sepa, de los vinos artificiales o farmacéuticos de manera
más o menos exhaustiva y exclusiva.
Da cuenta de los siguientes tipos:
Vino de romero: se conseguía introduciendo una ramita de la planta
en vino al que comunicaba sus excelentes propiedades guardadas en
secreto por un viejo médico moro. Entre sus virtudes no sería la menor la
de embellecer la cara y conservar la juventud.
Vino de granada: se podía preparar mezclando vinos blancos y
negros o con un vino blanco y jugo de granada. El uso debe moderarse y
consumirse siempre bajo vigilancia estricta del médico. Lo recomienda
contra la ictericia, para aliviar a los coléricos y a quienes a causa del estío
tienen el estómago caliente.
La importancia concedida a ese fruto le hace escribir: el médico
ingenioso necesita pocas cosas {para hacer milagros}.
Vino de rosas. Las rosas, tan importantes en la terapéutica clásica y
renacentista, cobran especial relieve mezcladas con vino. Refrigera el
corazón, conforta los principales miembros, vale para rebajar la halitosis y
contra las fiebres pestilenciales. Aclara los ojos. Si se lava el cuerpo con él,
se tiene la carne colorada y apretada; además ofrece una buena calefacción
espiritual.
Vino de oro. Se consigue mediante la suspensión de laminillas del
metal en el jugo fermentado de la uva.
Si el Sol es el astro rey, relacionado con Júpiter, también se relaciona
con el oro, de idéntico color, y con los principales miembros del cuerpo,
sobre todo el corazón.
164
saber de los autores árabes en la Escuela salernitana.
El libro, dedicado a Roberto I de Nápoles (1278-1343) trata por
primera vez, que sepa, de los vinos artificiales o farmacéuticos de manera
más o menos exhaustiva y exclusiva.
Da cuenta de los siguientes tipos:
Vino de romero: se conseguía introduciendo una ramita de la planta
en vino al que comunicaba sus excelentes propiedades guardadas en
secreto por un viejo médico moro. Entre sus virtudes no sería la menor la
de embellecer la cara y conservar la juventud.
Vino de granada: se podía preparar mezclando vinos blancos y
negros o con un vino blanco y jugo de granada. El uso debe moderarse y
consumirse siempre bajo vigilancia estricta del médico. Lo recomienda
contra la ictericia, para aliviar a los coléricos y a quienes a causa del estío
tienen el estómago caliente.
La importancia concedida a ese fruto le hace escribir: el médico
ingenioso necesita pocas cosas {para hacer milagros}.
Vino de rosas. Las rosas, tan importantes en la terapéutica clásica y
renacentista, cobran especial relieve mezcladas con vino. Refrigera el
corazón, conforta los principales miembros, vale para rebajar la halitosis y
contra las fiebres pestilenciales. Aclara los ojos. Si se lava el cuerpo con él,
se tiene la carne colorada y apretada; además ofrece una buena calefacción
espiritual.
Vino de oro. Se consigue mediante la suspensión de laminillas del
metal en el jugo fermentado de la uva.
Si el Sol es el astro rey, relacionado con Júpiter, también se relaciona
con el oro, de idéntico color, y con los principales miembros del cuerpo,
sobre todo el corazón.
164