Page 120 - Anales RADE vol I n 1
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tucional en cuanto sea posible. Hay utilitarismo, decisionismo, hay jurisprudencia
de intereses, hay teorías de argumentación, hay relieve de “estructuras”, hay sime-
trías del Estado con el Derecho6. Incluso, modernamente, hay una tendencia – para
nosotros peligrosa – de encorsetar la seguridad jurídica, en la seguridad de unos
sistemas o “programas” de informatización, que incluso faciliten el automatismo en
la búsqueda de las fuentes y hasta en la redacción de las sentencias.
Todo esto constituirá un añadido a la problemática de la sociedad contem-
poránea. Pero, en la nueva conciencia del Derecho, para todo eso que suponga opi-
nión público jurídica, responsabilidad profesional, diligencia y buen hacer jurídicos
– que son, entre otros medios de remoción de obstáculos – es necesario intensificar
en datos, en encuestas sociológicas, en documentación, en penetración ética, para
lograr al menos, un clima de lo justo razonable, digno de poner los medios para
alcanzarlo, sin perder de vista los principios de la seguridad jurídica.
6. LA FORMACIOm N PROFESIONAL ANTE LA CRISIS DEL ESTADO DE
BIENESTAR
6.1. Antecedentes
Desde un punto de vista histórico, la formación profesional nace, bíblica-
mente, como mandato, más que un castigo a nuestros primeros padres. Aunque en
la evolución conceptual del profesor y filósofo Battagglia, ya en nuestro tiempo,
nos dirá que “el hombre por el trabajo se dignifica, se hace hombre e incluso le per-
mite su incorporación plena a la sociedad política”. Hay sistemas de vida – Confucio,
Mahoma, por ejemplo – en donde la interiorización puede constituir un modo de
vida. La Iglesia Católica entendió el trabajo como una forma de santidad. Y por ello
la intensidad, la plenitud y la formación, entrañaron la “idea de perfección”, bien
clara en Santo Tomás. Hasta el punto que en las parroquias y sobre todo en los
monasterios, a los catecúmenos se les enseñaba no sólo el catecismo, sino todo
aquello que hiciese al cristiano más pleno y más posibilitado de valores7.
Los Gremios, los Oficios, las Cofradías, y en gran parte las Cámaras de Co-
mercio, han tenido una actitud parecida, en cuanto a la apertura de quien, ya con la
Revolución Francesa, habría de calificarse de ciudadano. Es evidente que la Ilustra-
ción y la Revolución Francesa, tuvieron como obligación del Estado la educación y
la enseñanza. Para cumplir unos determinados objetivos de libertad, fraternidad e
igualdad. A costa de marcar las posibilidades de la Iglesia y de la Sociedad para el
Estado nuevo que iba a nacer. Las ideas totalitarias contemporáneas van a tener en
Rousseau y Voltaire los ejecutores de la ideologización de la escuela. Aunque haya
sido la formación profesional, en buena parte sobreviviente, como técnica pedagó-
gica (algo que más adelante aclararé) la “cenicienta”, y casi la “desconocida” en los
padres, en las empresas y en la sociedad. Anteriormente ya expusimos el efecto de
la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
6 Ver nuestro trabajo López Medel, J. (1979). Sobre la teoría soviética del Derecho. En: Guía…”(op.cit), Pamplo-
na: Eunsa, 227 y6 Ver. el apartado XIII López Medel, J. (1995). Informatización y Seguridad / Inseguridad Jurí-
dicas. En: Propiedad Inmobiliaria y seguridad jurídica, 249. Madrid: Colegio de Registradores de la Propiedad,
Mercantiles y de Bienes Muebles de España ss. : Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de
Bienes Muebles de España.
7 V. la obra de Piero Buschini, S.J. (2011). Cristiani laici nella vita della Chiesa e nella societá”. Milán: Effatà.
Jesús López Medel|120
de intereses, hay teorías de argumentación, hay relieve de “estructuras”, hay sime-
trías del Estado con el Derecho6. Incluso, modernamente, hay una tendencia – para
nosotros peligrosa – de encorsetar la seguridad jurídica, en la seguridad de unos
sistemas o “programas” de informatización, que incluso faciliten el automatismo en
la búsqueda de las fuentes y hasta en la redacción de las sentencias.
Todo esto constituirá un añadido a la problemática de la sociedad contem-
poránea. Pero, en la nueva conciencia del Derecho, para todo eso que suponga opi-
nión público jurídica, responsabilidad profesional, diligencia y buen hacer jurídicos
– que son, entre otros medios de remoción de obstáculos – es necesario intensificar
en datos, en encuestas sociológicas, en documentación, en penetración ética, para
lograr al menos, un clima de lo justo razonable, digno de poner los medios para
alcanzarlo, sin perder de vista los principios de la seguridad jurídica.
6. LA FORMACIOm N PROFESIONAL ANTE LA CRISIS DEL ESTADO DE
BIENESTAR
6.1. Antecedentes
Desde un punto de vista histórico, la formación profesional nace, bíblica-
mente, como mandato, más que un castigo a nuestros primeros padres. Aunque en
la evolución conceptual del profesor y filósofo Battagglia, ya en nuestro tiempo,
nos dirá que “el hombre por el trabajo se dignifica, se hace hombre e incluso le per-
mite su incorporación plena a la sociedad política”. Hay sistemas de vida – Confucio,
Mahoma, por ejemplo – en donde la interiorización puede constituir un modo de
vida. La Iglesia Católica entendió el trabajo como una forma de santidad. Y por ello
la intensidad, la plenitud y la formación, entrañaron la “idea de perfección”, bien
clara en Santo Tomás. Hasta el punto que en las parroquias y sobre todo en los
monasterios, a los catecúmenos se les enseñaba no sólo el catecismo, sino todo
aquello que hiciese al cristiano más pleno y más posibilitado de valores7.
Los Gremios, los Oficios, las Cofradías, y en gran parte las Cámaras de Co-
mercio, han tenido una actitud parecida, en cuanto a la apertura de quien, ya con la
Revolución Francesa, habría de calificarse de ciudadano. Es evidente que la Ilustra-
ción y la Revolución Francesa, tuvieron como obligación del Estado la educación y
la enseñanza. Para cumplir unos determinados objetivos de libertad, fraternidad e
igualdad. A costa de marcar las posibilidades de la Iglesia y de la Sociedad para el
Estado nuevo que iba a nacer. Las ideas totalitarias contemporáneas van a tener en
Rousseau y Voltaire los ejecutores de la ideologización de la escuela. Aunque haya
sido la formación profesional, en buena parte sobreviviente, como técnica pedagó-
gica (algo que más adelante aclararé) la “cenicienta”, y casi la “desconocida” en los
padres, en las empresas y en la sociedad. Anteriormente ya expusimos el efecto de
la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
6 Ver nuestro trabajo López Medel, J. (1979). Sobre la teoría soviética del Derecho. En: Guía…”(op.cit), Pamplo-
na: Eunsa, 227 y6 Ver. el apartado XIII López Medel, J. (1995). Informatización y Seguridad / Inseguridad Jurí-
dicas. En: Propiedad Inmobiliaria y seguridad jurídica, 249. Madrid: Colegio de Registradores de la Propiedad,
Mercantiles y de Bienes Muebles de España ss. : Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de
Bienes Muebles de España.
7 V. la obra de Piero Buschini, S.J. (2011). Cristiani laici nella vita della Chiesa e nella societá”. Milán: Effatà.
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