Page 363 - Medicamentos fantásticos
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diferentes formas de aclararla, purificarla y aromatizarla y de su empleo en
medicamentos contra el cansancio y de sus varias virtudes: el unto del león
evita toda traición; las serpientes huyen de quienes andan untados de
grasa de elefante o ciervo; el caldo de sebo de cabra es bueno para los
tísicos y quienes comieron cantáridas… sin hacer mención alguna al unto
humano, como tampoco lo hace su comentarista Laguna.653 Pese a ello,
debía ser frecuente su uso en nuestras boticas. Al menos, en 1541, el unto
de hombre se conservaba en la vallisoletana del maese Rodrigo.654
Durante el Renacimiento es Paracelso, con su mentalidad sincrética
entre lo más arcaico y lo más moderno, quien se manifiesta como el
campeón de todos los tiempos respecto a la terapéutica mágica. En el
ungüento vulnerario recomienda el empleo de todos los simples derivados
del cuerpo humano: usnea extraída de una calavera de ahorcado o al
menos de algún cuerpo abandonado durante mucho tiempo al aire libre;
grasa humana; sangre humana; momia; aceite de lino, de rosas y bolo
arménico. Con estos simples se preparaba un ungüento. Cuando alguien era
herido se empapaba un palito con su sangre y se plantaba sobre el
compuesto medicinal, conservado en una caja de madera. Por simpatía
astral el ungüento curaría la herida de donde procede la sangre.655
En la Officina Medicamentorum de Valencia, aparece el pinguedo
hominis, cuando se mencionan los simples más empleados en la
terapéutica656.
653 Andrés LAGUNA, Pedacio Dioscórides …op., cit. Libro II, cap. LXVIII.
654 Anastasio ROJO VEGA, El Siglo de Oro… op., cit., pág. 417.
655 PARACELSO, traduit en français par le docteur Marc HAVE, Les sept livres de l’archidoxe
magique, París : Editons Bussière, 1983, pag. 30.
656 Officina Medicamentorum, et methodus recte eadem componenda, cum variis scholiis, et
aliis quamplurimis ipsi operi necesariis; ex sentential Valentinorum Pharmacopolarum,
Valentiae: apud Iohanem Chrysostomum Garriz, 1601, fol. 21.
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medicamentos contra el cansancio y de sus varias virtudes: el unto del león
evita toda traición; las serpientes huyen de quienes andan untados de
grasa de elefante o ciervo; el caldo de sebo de cabra es bueno para los
tísicos y quienes comieron cantáridas… sin hacer mención alguna al unto
humano, como tampoco lo hace su comentarista Laguna.653 Pese a ello,
debía ser frecuente su uso en nuestras boticas. Al menos, en 1541, el unto
de hombre se conservaba en la vallisoletana del maese Rodrigo.654
Durante el Renacimiento es Paracelso, con su mentalidad sincrética
entre lo más arcaico y lo más moderno, quien se manifiesta como el
campeón de todos los tiempos respecto a la terapéutica mágica. En el
ungüento vulnerario recomienda el empleo de todos los simples derivados
del cuerpo humano: usnea extraída de una calavera de ahorcado o al
menos de algún cuerpo abandonado durante mucho tiempo al aire libre;
grasa humana; sangre humana; momia; aceite de lino, de rosas y bolo
arménico. Con estos simples se preparaba un ungüento. Cuando alguien era
herido se empapaba un palito con su sangre y se plantaba sobre el
compuesto medicinal, conservado en una caja de madera. Por simpatía
astral el ungüento curaría la herida de donde procede la sangre.655
En la Officina Medicamentorum de Valencia, aparece el pinguedo
hominis, cuando se mencionan los simples más empleados en la
terapéutica656.
653 Andrés LAGUNA, Pedacio Dioscórides …op., cit. Libro II, cap. LXVIII.
654 Anastasio ROJO VEGA, El Siglo de Oro… op., cit., pág. 417.
655 PARACELSO, traduit en français par le docteur Marc HAVE, Les sept livres de l’archidoxe
magique, París : Editons Bussière, 1983, pag. 30.
656 Officina Medicamentorum, et methodus recte eadem componenda, cum variis scholiis, et
aliis quamplurimis ipsi operi necesariis; ex sentential Valentinorum Pharmacopolarum,
Valentiae: apud Iohanem Chrysostomum Garriz, 1601, fol. 21.
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