Page 360 - Medicamentos fantásticos
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El empleo de estos simples medicamentosos venía impregnado por
las ideas de mágica similitud pero, en el caso de los humanos, chocaban con
criterios éticos contrarios a cualquier forma de canibalismo e incluso al
escudriñamiento de los seres humanos mediante la disección.

¿De dónde proceden estas primeras creencias griegas contrarias al
consumo de carne o de cualquier secreción humana?

Según Plutarco (ca. 46-ca.119),651 de las teogonías órficas y
pitagóricas, relacionadas con la concepción del dios Dionisio o Baco, a
consecuencia de las cuales se prohibió el canibalismo por parte de los
órficos e incluso cualquier consumo de carne por los pitagóricos, quienes
reforzaban sus creencias con la seguridad de la trasmigración de las almas
tras la muerte.

Para órficos y pitagóricos, el alma está prisionera del cuerpo a causa
del asesinato, de la práctica del canibalismo. Ese consumo –material o
espiritual- puede hacerse directamente sobre los hombres o a través de sus
almas, en el caso de comer carne de un animal en donde podría haberse
reencarnado algún humano.

La referencia mitológica la encontramos en la vida de Dionisios.

El muy rijoso Zeus, transmutado en serpiente, se enroscó en la
pierna de Perséfone, reina de los infiernos y engendró a Zagreus. El niño le
salió algo raro, con un cuerno en la frente; pese a ello, a su babeante padre
le pareció una preciosidad y le puso a gobernar el mundo. Hera, la esposa
legítima de Zeus, no compartía su entusiasmo. Encargó a sus amigos, los
Titanes –unos dioses caídos en desgracia-, que entretuvieran a la criatura
con un sonajero y un espejo. En cuanto se distrajo, se abalanzaron sobre él,
le descuartizaron, lo cocieron con hierbas olorosas y se lo comieron
opíparamente. Atenas, la hija de Zeus, rescató su corazón y el padre lo

651 PLUTARCO, De usu carnium, Napoli: M. D’Auria, 1999.

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