Page 362 - Medicamentos fantásticos
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mismo, aunque por una vía antagónica, que más tarde haría el
cristianismo.652

De esta singular, mitológica y olímpica manera, el corazón ocupó un
lugar importante en la religiosidad primitiva griega. El canibalismo se tuvo
por algo no sólo sucio, sino también sacrílego e incluso el consumo de
carne animal no fue bien visto.

Los pitagóricos, además, fueron excelentes matemáticos –aunque
con finalidades esencialmente místicas, dedicadas a demostrar la armonía
universal- y buenos médicos.

Todo lo relacionado con la nutrición animal, imprescindible en la
práctica médica y más en su primeros estadios, y con el manejo del cuerpo
humano para diseccionarlo se consideró impuro e inmoral.

Ahí comenzó, en Occidente, el problema de los anatómicos para
poder profundizar en sus conocimientos. La oscura parábola pitagórica,
cor ne edito (no comas tu corazón), fue una de las responsables.

Pese a ello, pese a la enemiga absoluta del cristianismo hacia la
muerte por mano airada y el canibalismo, ciertos simples de origen
humano continuaron en las farmacopeas durante siglos.

La enjundia humana

Era un simple de obligada tenencia en las boticas, según el primer
libro escrito para los farmacéuticos por Saladino de Ascalo.

Dioscórides habla de las grasas de diferentes animales (ánsar,
gallina, ganso, puerco, oso, vaca, toro, becerro, león, pantera), de las

652 Constantino FALCÓN MARTÍNEZ; Emilio FERNÁNDEZ-GALIANO, Raquel LOPEZ MELERO,
Diccionario de mitología clásica, Madrid: Alianza, 1985, 2 tomos; Gail GODWIN, El corazón.
Itinerario por sus Mitos y Significados, Madrid: Espasa-Calpe, 2004; Milad DOUEIHI, Historia
perversa del corazón humano, Barcelona: Edhasa, 1999. Maguelonne TOUSSAINT-SAMAT,
Historia natural y moral de los alimentos. 3, el aceite, el pan y el vino, Madrid: Alianza, 1987.

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