Page 193 - Medicamentos fantásticos
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sequedad, con lo cual no serían buenos para el mantenimiento y aunque
reconoce muchas de las virtudes medicinales tradicionales, cree que dañan
la vista al desecar la túnica de los ojos, perjudican a los oídos y los
pulmones.

Sin embargo nos proporciona dos nuevas utilidades totalmente
mágicas: llevados por mar, son gran remedio contra los turbiones, por eso
los atenienses llevaban gran copia de ellos en sus embarcaciones.

Si se juntan a la piedra imán, la privan de sus virtudes.
En el siglo XVII lo pondera Juan Sorapán de Rieros.316 Se refiere a él
en el refrán XXVII:
Comer verdura
Y echar malaventura.
Pese al refrán, era un auténtico entusiasta de la planta; escribe:
“el ajo, a quien Galeno llama triaca de rústicos, aunque es verdad que
como alimento es de poca importancia, empero como condimento es de
mucha, y como medicamento de tanta que ninguna otra planta se le puede
igualar”.
Pondera sus virtudes medicinales de acuerdo a lo expuesto por
Dioscórides. Lo considera un buen alimento pues, a decir de un labriego,
las primeras palabras de los bebés son: ajo, ajo. Como especia no tiene
parangón y es mejor que las orientales o las del Nuevo Mundo y, por si
fuera poco, le atribuye virtud para preservarse de la peste.
Según dice, “hay personas que en epidemias pestilenciales le utilizan
más que a la propia Triaca de Andrómaco”.

316 Juan SORAPÁN DE RIEROS, Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra
lengua: muy provechosa para todo género de estados, para philosophos y médicos, para
theologos y juristas…Granada: Martín Zambrano, 1616, fol. 242-244.

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