Obesidad: pandemia del siglo XXI|17
hormonas tiroideas y posteriormente las anfetaminas, con las que se consiguen
algunos logros terapéuticos, pero con efectos secundarios como cefaleas y
taquicardias. En esta época comienzan a aparecer determinadas dietas
heterodoxas mágicas o pintorescas que ocupan el interés de la población y de
determinados sanitarios. Hay descritas más de 300 dietas, que aún permanecen
hoy en día, que buscan el adelgazamiento rápido y con escaso esfuerzo.
A finales del siglo XX se retiran prácticamente todos los fármacos antiguos y
quedamos con una penuria terapéutica, al no contar más que con la fibra y algunos
medicamentos, los llamados anorexígenos, que disminuyen la ansiedad por la
comida. Durante estos años se descubre la leptina (Friedman 1996) y se consigue un
mayor conocimiento de hormonas, péptidos y neurotransmisores involucrados en
la obesidad, reconociéndose al tejido adiposo como una auténtica glándula
endocrina capaz de secretar más de una treintena de sustancias que tienen
relación con la fisiopatología de esta enfermedad. A partir de ahora se abren
nuevos campos en la etiopatogenia de la obesidad con el conocimiento de
hormonas y neurotransmisores, antes mencionados, que aumentan o disminuyen
el apetito, que intervienen en la resistencia a la insulina o en el riesgo
cardiovascular. La relación de la obesidad con la patología cardiovascular es cada
vez más importante, ya que acaecen trastornos relacionados con esta enfermedad,
y otras diferentes entidades como la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2 y la
dislipemia. Además, cada vez se van conociendo más aspectos de la relación de la
obesidad con la genética, al descubrirse genes implicados en su desarrollo y en
mutaciones que pueden relacionarse con las diferentes comorbilidades asociadas.
¿A qué se debe la obesidad?
La obesidad se define como la acumulación de grasa en el tejido adiposo en
cantidad suficiente como para originar un riesgo para la salud. La acumulación de
grasa se debe a episodios de sobrealimentación no compensados posteriormente,
que generan un balance energético positivo. En condiciones de alimentación libre y
de acceso no restringido a los alimentos, el ingreso energético es el responsable del