Obesidad: pandemia del siglo XXI|15
El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor de riesgo de muerte en el
mundo. Cada año mueren unos 2,8 millones de personas adultas como
consecuencia del sobrepeso o la obesidad.
En el momento actual la obesidad se relaciona con la sociedad de consumo.
Esta circunstancia incluye los hábitos de vida: en primer lugar, la continua oferta
de alimentos atractivos y ricos en calorías vacías; y en segundo lugar el
sedentarismo desarrollado en las tareas de la vida cotidiana (uso de
electrodomésticos, mandos a distancia, facilidad en los transportes, etc.) Tanto uno
como otros han modificado de manera dramática el mapa de la población que
padece la obesidad.
La obesidad se produce como consecuencia de un desequilibrio positivo y
prolongado entre la ingesta y el gasto energético, que conlleva un aumento
excesivo de la grasa corporal. Las hormonas y los péptidos sintetizados en las
células enteroendocrinas de la mucosa del tracto gastrointestinal y los órganos y
tejidos periféricos, así como en el sistema nervioso central y entérico, son
fundamentales en la regulación del apetito y el peso corporal. A corto plazo, el
control de la ingesta está principalmente controlado por las vías de señalización
que emanan del tracto gastrointestinal, incluidos los péptidos orexigénicos
(grelina), que activan las señales del hambre, y los péptidos anorexigénicos
(coleocistocinina, péptido glucagonoide 1 [GLP-‐1] y péptido tirosina-‐tirosina
[PYY]), que generan señales de saciedad. En el control de la ingesta a largo plazo,
parecen ser primordiales las señales que emanan del tejido adiposo (leptina) y el
páncreas (insulina), liberadas en respuesta a la ingesta de alimentos y los
depósitos de grasa corporal
La obesidad también se considera un estado de inflamación crónica leve,
caracterizado por una elevada producción de citoquinas y adipoquinas
proinflamatorias, que contribuyen a las alteraciones metabólicas que pueden sufrir
estos individuos de forma permanente. Las concentraciones de mediadores
inmunológicos, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-‐α), la interleuquina
(IL) 6, la IL-‐1β, la proteína quimio atrayente MCP1 y la leptina, suelen estar
elevadas en la sangre periférica de los sujetos obesos, mientras que las de