Page 156 - Medicamentos fantásticos
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Para él, el bizcocho enjuga y deseca más potentemente que todos,
por ello conviene a los enfermos del Mal Francés (la sífilis), y a todos
cuantos padecen enfermedades frías y húmedas.

El trigo, exprimido entre dos planchas de hierro calientes, produce
un aceite muy útil para ablandar las asperezas del cuerpo.

El trigo, aplicado por fuera, calienta en grado primero sin
humedecer, ni tiene fuerza de desecar.

El agua que sale de un pan caliente, hendido y puesto entre dos
platos, instilada en los oídos hace volver a oír al sordo.

Llevado por las mismas circunstancias, Francisco Nuñez de Oria266
otorga mucha importancia al pan como alimento. Advierte de las
enfermedades posibles si no se fabrica de forma adecuada.

Nos sitúa ante una cultura propia marcada por su uso cuando dice:
“Empero no usar pan en sus comidas, es de gente fiera y bárbara: porque
¿Cuál puede ser la vida de los que no comen pan?, pero en su tratado no se
ocupa de los posibles aspectos farmacológicos.

Gabriel Alonso de Herrera,267 pese a ser el suyo libro de agricultura,
se ocupa de las virtudes del trigo y el pan.

A las ya citadas anteriormente añade:
El trigo lavado con agua caliente y cocido en leche, tras añadirle miel
y azúcar, purga y limpia los pulmones de humores gruesos y viscosos.
El trigo cocido, comido con leche, engendra buena sangre, pero si se
emplea mucho hace crecer la piedra en riñones y vejiga, opila el hígado y
endurece el bazo.

266 Francisco NUÑEZ DE ORIA, Regimiento y aviso…op., cit., fol. 61-73v.
267 Gabriel ALONSO DE HERRERA, Libro de Agricultura…op., cit., fol. IX-XIII.

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