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Glenn que, el 20 de febrero de 1962, orbitó la Tierra tres veces en la cápsula
“Mercury”. Siguieron varios vuelos “Gemini”, y el 3 de junio de 1965 Ed White da el
primer paseo por el espacio exterior con mayor facilidad que hiciera Leonov. La
última “Gemini” volaría el 11 de noviembre de 1966.36 Hubo también intentos
fallidos en los dos colosos, los norteamericanos lo tuvieron con el “Apolo 1”, y los
soviéticos, en abril de 1967, con el “Soyuz 1”. Por fin, el 16 de julio de 1969 el
“Apolo 11” con los astronautas Armstron, Aldrin y Collins llega a la Luna siendo
Neil Armstron el primer hombre en pisar nuestro satélite. Después alunizarían los
“Apolo 12”, “Apolo 14” el 31 de enero de 1971, el “Apolo 15” que lo hace con un
róver, el primer vehículo de cuatro ruedas que circula por el suelo lunar; después
el “Apolo 17”. En toda esta actividad está también el fracaso del “Apolo 13” y, en
fin, la cancelación de los proyectos “Apolo” 18, 19 y 20. Pero no solamente el
hombre mira hacia la Luna: también el planeta Marte se vería visitado por ingenios
fabricados en la Tierra. Como puede verse, y señalan los internacionalistas
franceses Daillier y Pellet, desde aquel 4 de octubre de 1957, las actividades
espaciales se multiplicaron vertiginosamente: acoplamientos de naves espaciales,
vuelos de larga duración de los astronautas, “paseos” de éstos por el espacio,
exploración de la Luna y de cuerpos celestes, envío de sondas fuera del sistema
solar, etc. Y al tiempo que esto ocurría se plantearon los correspondientes
problemas, por la utilización de satélites artificiales, y de ingenios que se sitúan en
órbita, con fines civiles pero también relativos a aspectos militares: vigilancia de
los territorios sobrevolados, teledetección de recursos naturales tanto terrestres
como marítimos, radiodifusión y teledifusión directas, transmisiones telefónicas,
posicionamiento de buques, predicciones meteorológicas, observaciones
astronómicas, experiencias científicas, proyecto americano de “guerra de las
estrellas”, etc. Incluso se ha iniciado ya lo que podríamos denominar el “turismo
extraterrestre”. Y en el verano de 2013 se anuncia un proyecto norteamericano,
con tecnología de la NASA, para poner en funcionamiento en Tel Aviv (Israel) un
servicio de taxis aéreos, no de vuelo autónomo, sino deslizados por raíl, lo que
planteará nuevos problemas relativos a alturas de circulación, de responsabilidad
civil, penal, etc. E injusto sería no recordar la actual actividad española de cara al
desarrollo de ingenios espaciales: para 2014 estaba previsto el lanzamiento del
satélite “Deimos 2”, fabricado en el centro de Puertollano (Ciudad Real), con la
finalidad de orbitar la Tierra a 600 kilómetros de altitud, que seguiría al “Deimos
1”, gracias al cual fue descubierto un volcán submarino en el archipiélago canario
que parece constituir un peligro para esa Comunidad Autónoma.



5. LA INCIDENCIA DE LOS NUEVOS RETOS ESPACIALES EN EL
DERECHO INTERNACIONAL PUD BLICO Y EN EL DERECHO
INTERNACIONAL PRIVADO

En estos últimos años la actividad espacial ha crecido de modo
impresionante, y puede decirse que en esta primera década del siglo XXI que

acabamos de superar hay ya una permanente presencia de la especie humana en el
espacio, presencia, por cierto, en la que ya pensaba la doctrina incluso unos años



36 Vid. A Sobel: Space: From Spútnik to Gemini, New York, 1965.

139| Una visión de la metamorfosis del derecho internacional: algunas consideraciones con
motivo de la sonda “New horizons”
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