Papel del tejidoadiposoblanco,marrónyperivascular…
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todo el organismo y tiene diferentes compartimentos que varían en cuanto al
tamaño celular del adipocito (15, 16) a la actividad metabólica y a su papel
potencial en la resistenciaa la insulinayotras complicacionesvascularesasociadas
a la obesidad (17, 18). En humanos, se diferencian dos depósitos principales de
tejido adiposo blanco: el depósito subcutáneo correspondiente al tejido adiposo
que se localiza bajo la piel, y el depósito visceral. Hay dos tipos de tejido adiposo
visceral: el mesentérico y el omental (19). El primero se encuentra envolviendo al
intestino, el segundo se extiendedesde laparte inferior del estómago, recubriendo
el abdomen y es el que normalmente se emplea en el estudio de la grasa visceral.
Hace tiempo que se sabe que el tejido adiposo visceral y el subcutáneo presentan
numerosas diferencias anatómicas, celulares ymoleculares (20, 21); por ejemplo,
la irrigación de ambos tejidos es diferente (22), y los niveles de RNAmensajero
(mRNA) de leptina en el tejido adiposo subcutáneo están incrementados respecto
del visceral (20). Estos tejidos también son diferentes en cuanto a la capacidad de
movilización de ácidos grasos, la grasa omental es más sensible a los efectos
lipolíticos de las catecolaminas ymenos sensible a los efectos antilipolíticos de la
insulina; por tanto, este tejido tiene una mayor capacidad de movilización de
ácidos grasos que el depósito subcutáneo (22, 23). Adicionalmente hay descritas
numerosas diferencias entre el tejidoadiposovisceral y subcutáneo referentes a la
secreción de adipoquinas (24). En este sentido, una obesidad periférica se
caracteriza por una acumulación de tejido adiposo subcutáneo y esmás frecuente
enmujeres. Este tipo de obesidad no se ha asociado a unmayor riesgo de sufrir
patologías asociadas (25). Sin embargo, la obesidad central o abdominal es más
frecuente en hombres y consiste en una acumulación de tejido adiposo visceral.
Este tipo de obesidad se ha asociado, mediante estudios epidemiológicos, con un
mayor riesgo de sufrir enfermedades tales como resistencia a la insulina, diabetes
de tipo II e hipertensión, aumentando considerablemente el riesgo cardiovascular
(26).
2.2. ElWAT comoreservoriodeenergía
En primer lugar, el tejido adiposo blanco es un órgano que constituye el
mayor reservorio energético del organismo. La energía es almacenada en los
adipocitos en formade triglicéridos. Laprincipal fuentede triglicéridosprocedede
los quilomicrones y las proteínas demuy baja densidad (VLDL) circulantes. En los
humanos, el almacenamiento de los ácidos grasos en el tejido adiposo depende
prácticamentede la liberaciónde losmismosdesde las lipoproteínaspor acciónde
la lipoproteína lipasa (LPL) (27). Tal es el protagonismo de esta enzima en el
metabolismo lipídico, que se describe una acción proaterogénica de la LPL,
expresada por el macrófago, y una acción antiaterogénica de la LPL, expresada en
el tejido adiposo y músculo. Por tanto, esta enzima estaría implicada en las
alteraciones lipídicas de la obesidad (28). Su actividad aumenta en el período