Page 379 - Medicamentos fantásticos
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Nos proporciona nuevos remedios a base del insecto. La ceniza del
alacrán con raíz de hinojo deshace la piedra de los riñones y la vejiga; el
aceite de alacranes fortifica y preserva contra la pestilencia y contra
cualquier veneno, tan sólo con untarse en los pulsos y el corazón.

Saladino de Ascalo no lo considera de tenencia imprescindible en las
boticas. No es del mismo parecer el primer escritor farmacéutico italiano,
Quiricus de Augustis, quien los menciona en su Lumen apotecariorum. 686
También nuestro Fernando de Sepúlveda687, en 1550, recomienda el óleo o
ungüento de escorpiones contra el mal de piedra. Untado sobre el pecho
provocaría la orina y serviría para curar su propia mordedura.

En el Valladolid renacentista su aceite estaba, en 1526, en la botica
de Bernal; en 1541 en la del maestre Rodrigo; en 1560 en la de Francisco
Madrid y en 1596 en la de Lucas Bárcena688. No era, ni mucho menos, un
medicamento extraño o poco empleado como preventivo de la peste o para
romper la piedra del riñón o la vejiga.

Fray Bernardino de Laredo689 nos proporciona dos maneras de
prepara el óleo o aceite de alacranes según los cánones de Mesué. Una a
base de aceite de almendras amargas y escorpiones y otra con los dos
simples más aristoloquia, ciprés y cortezas de alcaparras.

Al simple lo considera muy útil en dolores fríos y al compuesto
como diurético, aperitivo, para quebrar o expulsar las piedras de riñones y
vejiga, untado sobre las zonas doloridas. También sirve de auxilio a quien
no puede orinar y desopila el oído de los sordos.

686 QUIRICUS de AUGUSTIS, Lumen apotecariorum, Taurini: Nicolau de Benedictus et Jacobinus
Suignus, 1492, fol. IXv.
687 Fernando de SEPÚLVEDA, Manipulus medicinarum in que cotinetur omnes medicine tam
simplices quam composite, secundum que in usu apud doctores habentur, utilis medicis nec
non aromatiis nupereditus, Vallisole: apud Ioan de Villaquiran, 1550, fol. XLV v.
688 Anastasio ROJO VEGA, El Siglo de Oro…op., cit., pág. 21, 34.
689 Fray BERNARDINO de LAREDO, Modus faciendi cum ordine medicando op., cit., parte
segunda antidotal, pág. 252-253.

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