Page 326 - Medicamentos fantásticos
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Advierte sobre el uso exclusivo de los dientes de los elefantes;
acerca de la necesidad de verificar la procedencia del Espodio de marfil
quemado, no de los huesos u otras partes de los animales.

Se dedica a contradecir a cuantos de sus antecesores cree
equivocados: Fuchio, en su libro De Compositione Medicamentorum
aseguraba que el marfil, habitual en las boticas, procedía de dientes de
peces. Paulo Egineta recomendaba aprovechar las pezuñas de los elefantes.

En el siglo XVII, Francisco Vélez de Arciniega recomienda el marfil
para las mismas indicaciones ya descritas. Añade la dificultad de los
visitadores de boticas para distinguir entre el aljófar preparado, el marfil y
el cuerno de ciervo quemados, pues han de quedar reducidos a un polvo
muy tenue. Para diferenciarlos, aconseja arrojarlos sobre una gran ascua
de lumbre. El aljófar queda más blanco, el marfil despide humo y mal olor y
el cuerno de ciervo no cambia de aspecto.

Añade la posibilidad de emplear la gordura del elefante contra el
veneno de las fieras. La sangre del macho sirve para evitar el corrimiento
de las muelas y el humo de sus uñas y pelos para ahuyentar las serpientes.

Durante la Ilustración, Pomet explica la extracción, en Francia, de un
espíritu y una sal volátil de marfil. Se empleaba en las enfermedades del
corazón y en las del cerebro. Con sus rasuras y las del cuerno de ciervo se
hacían tisanas refrescantes y astringentes.

Al espodio o marfil calcinado, le atribuye las mismas virtudes del
coral y otros álcalis.

En 1867 se seguía preparando el Negro de marfil o marfil
carbonizado, utilizado como decolorante y el espodio en su calidad de anti
ácido y absorvente576.

576 Diccionario de Farmacia…op., cit., Tomo II, pág. 212.

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