Page 105 - Medicamentos fantásticos
P. 105
Ya en el siglo XIX, un ocultista francés, Alphonse-Louis Constant, Figura 76. Mandrágora
cuyo seudónimo es Abate Eliphas Lévi,144 inspirándose en los textos antes macho, Hortus
citados y en lecturas bíblicas asimiladas de manera muy indigesta, sanitatis, op., cit.
identifica a los primeros humanos con una familia de gigantescas
mandrágoras dotadas de sensibilidad, a quienes animó el Sol y se
desgajaron por sí mismas de la Tierra.

Según esta original hipótesis, ni creacionista, ni evolucionista, los
seres humanos procederíamos de las mandrágoras, criadas a partir de la
madre Tierra y del padre Sol.

Para mayor consistencia, la propia Biblia, en el Génesis, atribuye
capacidad genésica a las mandrágoras. En la historia de Raquel y su
hermana Lia, la primera le pide unas mandrágoras (dudaim) encontradas
en el campo por su sobrino Rubén. Se las niega y, gracias a ellas, tiene tres
hijos luego de los cuatro que ya había concebido. Raquel consigue el suyo
gracias a la intervención directa de Dios. Con ello se atribuye a la planta
virtud para engendrar, eso sí, si así es querido por el ser Supremo.145

La mandrágora en el mundo greco-romano

Algunos han querido ver citada la planta ya en el siglo IX a.C.

En la Odisea, atribuida a Homero, aparece por primera vez la
palabra Physis o naturaleza, asignada a un fármaco y aplicada a la droga
utilizada como antídoto por los compañeros de Ulises, a quienes la
hechicera Circe convirtió en cerdos.

“El Argifonte me dio el remedio, arrancando de la tierra una planta
cuya naturaleza (physis) me enseñó. Tenía negra la raíz y era blanca como la
leche en su flor”.

144 Éliphas LÉVI, Dogme et rituel de la haute magie, Paris : G. Baillière, 1856.
145 Rafael FOLCH ANDREU, Curiosidades históricas: la mandrágora. Separata de los números
62, 63 y 64 de Farmacia Nueva. S.l. sf. Génesis XXX, v. 14.

105
   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110