Page 98 - Anales RADE vol I n 1
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2.2. La luz es muerte

Desgraciadamente no todo es tan positivo en la luz. Su relación con la vida
contrasta con su relación igual de fuerte con la muerte. Muchas de las aplicaciones
científicas de la luz son ambivalentes. La fotografía, por ejemplo, puede fijar la
realidad, pero también puede trastocarla. En el campo de la propaganda se confía a
los anuncios luminosos la misión, a veces discutible, de provocar el consumo. Pero
es muchísimo peor el hecho de que hoy la luz se ha convertido en instrumento de
tortura de los pueblos autollamados civilizados, al aplicarse para no dejar dormir a
los prisioneros. Se ha dado un uso militar de las bengalas para facilitar dar en el
blanco en los ataques aéreos. Hablando de usos militares no podemos olvidar el
fuego de las metralletas y, sobre todo, esas bombas tan poderosas que hemos
inventado los humanos que, al explotar, son “más brillantes que mil soles” (Robert
Junk1).

2.3. Caminar entre dos luces

La luz ilumina, pero también ciega; alumbra, pero también deslumbra;
produce vida, pero también mata. El hombre de nuestros días vive acosado por
luces; se diría que avanza entre dos luces.

El cuarto evangelio afirma que la vida humana está acosada por dos
elementos contrarios que luchan entre sí: la luz y las tinieblas, la luz en la que
brillan las obras del bien y las tinieblas en las que se refugian las obras del mal (cf.
Jn 3,19-20). Pero quizás sería más acorde con la experiencia y la sensibilidad actual
decir que esta lucha entre el bien y el mal es una lucha entre dos luces. El Nuevo
Testamento también conoce esta imagen de lucha de luces, pues en las cartas de
San Pablo el prototipo de toda maldad, el diablo o satanás, es descrito como un
ángel de luz (2 Cor 11,14). Es una luz engañosa que conduce al abismo.

La imagen de la vida humana como una lucha de luces con luces
respondería mejor a la experiencia, puesto que indicaría lo difícil que es, a veces,
saber qué luz hay que seguir. En el contraste entre la luz y la tiniebla está claro
donde está la bondad, pero en la oposición entre luz y luz está la dificultad de la
vida y del ser cristiano. Las batallas por la vida y por el bien no son fáciles; hay que
discernir, arriesgarse, tomar decisiones no siempre claras. Necesitamos, a veces,
ayuda para saber dónde está la buena luz. Por principio la buena no es la que más
alumbra o la que parece más evidente y fácil. Pudiera ser la más difícil y la
aparentemente más oscura, como veremos más adelante.



3. JESUU S, LUZ DEL MUNDO

La predicación de la Iglesia sintoniza con la primera concepción de la luz
como vida y rechaza la segunda de la luz como muerte, afirmando que Jesús es la
luz del mundo que brilla más que todas las demás luces, incluidas las terroríficas. A
lo largo de la historia de la Iglesia se ha cantado a Jesús como luz gozosa y
esplendorosa. El es el sol que nace de lo alto, el sol de la vida, el sol de la gracia, el



1 Título de uno de los libros de este escritor y periodista especializado en armas nucleares.

Martín Gelabert Ballester|98
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