Ladignidadde lapersonamayor
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resignación. Intentaban afrontar los problemas de unos pacientes crónicos,
“pluripatológicos” los llamanahora, de los quenadie se ocupaba. Nació la geriatría
para luchar contra el fatalismo y la resignación y concentrar esfuerzos en la
recuperación funcional. Para encontrar y combatir situaciones clínicas,
enfermedades y limitaciones, desconocidas previamente. Para integrar soluciones
globales a los problemasmédicos y sociales. También para prevenir en lo posible
problemas médicos de alta incidencia y prevalencia. En suma para luchar por la
dignidaddeaquellosancianosmásdesfavorecidos.
Enúltimo término, todos estos objetivos suponenunesfuerzopor combatir
la indignidad social que representaba asumir como normal la existencia de una
poblaciónmayor, cargadadepatología crónica,marginada, desahuciadadesdeuna
perspectivamédica, abandonada por familia y sociedad en asilos y hospitales. Una
poblaciónvíctimade la “indignidad” social, no respetada, a laque sehabíaprivado
de cualquier forma de autoestima, e individualmente resignada y condenada a su
exclusión sanitaria y social. Esta actitud, presente ya en las raíces de la
especialidad, se ha mantenido viva desde entonces en todos quienes la hemos
cultivado.
2. LA DISCRIMINACIÓN POR EDAD COMO FORMA DE AGRESIÓN A LA
DIGNIDADDELAPERSONAMAYOR
El eventual catálogo de indignidades potenciales con las que el conjunto de
la sociedadcastigaa lapersonadeedadavanzadaes extraordinariamenteamplioy
tiene como elemento común la sorprendente evidencia de pasar inadvertido.
Abarca desde la falta de respeto al principio bioético de autonomía en cualquiera
de susmanifestacioneshastael apartadode losmalos tratos almayor, bien lo sean
en forma de agresión física directa, bien en su vertiente de comportamientos
negligentes y de abusos psicológicos o económicos. Me centraré en el tema de la
discriminaciónpor edad, loque la literatura inglesa conoce como “
ageism
” (Butler
1969), que podríamos traducir por
etaísmo
o
ageísmo
, otra forma de agresión a la
dignidaddelmayor, ignoradacon frecuenciapor ciudadanosyadministraciones.
El
ageísmo
, la discriminación por edad, constituye una forma de agresión a la
dignidad del colectivo de más edad. Una forma de agresión que tiene múltiples
manifestaciones en el plano social, pero que también aparece en los ámbitos vinculados
a la salud.
Con carácter general los ejemplos de discriminación social al anciano son
múltiples. Enumeraré algunos. Se vulnera el principio de autonomía al decidir por el
anciano tanto en el ámbito familiar como en otros. Se establecen limitaciones para la
convivencia en el marco familiar y en el contexto social. Existen y no se toman en
consideración barreras ciudadanas evitables enmaterias como iluminación, transportes,