AlmudenaGómez-‐Hernández&al.
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5.NUEVASPERSPECTIVASENELTRATAMIENTODE LAOBESIDAD
Las primeras indicaciones para el tratamiento de la obesidad junto con la
restricción calórica es el ejercicio físico de manera dosificada y con cargas
adecuadas a la condición física de cada paciente obeso. Existen considerables
evidencias que la restricción calórica aumenta la esperanzade vida (130) y reduce
el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedad cardiovascular, desórdenes
degenerativos y algunos tipos de cáncer (130, 131). Los dos mecanismos
principales que estarían implicados en los efectos “anti-‐envejecimiento” y “anti-‐
obesidad” de la restricción calórica, serían: (1) unamenor producciónde radicales
libres mitocondriales (132), y (2) un aumento de la producción de proteínas
resistentes al estrés celular (133). Además de la restricción calórica, hay
evidencias que muestran que un balance energético mantenido durante varios
meses, donde se incluyeunaumentodel gastoenergéticosuele resultar efectivoen
la disminución de la adiposidad. Esta reducción se produce principalmente en la
grasa visceral, que es la que posee receptores y actividad lipolítica mayor que el
tejidoadiposodeotras regiones (134). Además, personas conunbuenestado físico
tienen la lipólisis en reposo mayor que los inactivos (135). Otro aspecto que
mejora el ejercicio físico en pacientes obesos es el perfil lipídico. En primer lugar,
eleva las HDL y por tanto disminuye el cociente LDL/HDL y el riesgo
cardiovascular (136). Además, el ejercicio aumenta el tamaño de las partículas de
LDL y HDL resultando un perfil lipídico menos aterogénico que las partículas
pequeñas de LDL y HDL, propias de los pacientes obesos (136). Asimismo, un
ejercicio físico regular también disminuye los niveles de triglicéridos en aquellos
individuos convalores inicialmente altos, a travésdeunamejora en la sensibilidad
a la insulina (137, 138). También el ejercicio físicoproduce distintas adaptaciones
metabólicas que pueden resultar beneficiosas para el tratamiento de la obesidad.
Se produce un aumento del potencial oxidativo y así, se favorece que se
metabolicen más lípidos e hidratos de carbono de forma aeróbica, produciendo
adaptaciones periféricas muy deseables. Por tanto, el ejercicio físico normaliza el
perfilmetabólicoypermite ladisminuciónde lamorbimortalidadpor estas causas
(139, 140).