Page 72 - Medicamentos fantásticos
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En el siglo XVI, Nicolás Monardes cree encontrarla en América78.
Explica el hallazgo, en el Perú, de una hierba igual a nuestra verbena. Con
ella fue tratada una señora por un curandero indio y expulsó una lombriz
muy grande. Por tanto aconseja la verbena indiana como antihelmíntico.
Ni siquiera allí se liberó de sus connotaciones mágicas. A un criado,
de quien se sospechaba le habían hechizado, le trataron con el zumo de la
verbena y vomitó muchas cosas de diferentes colores. Concluyeron que
eran la materialización de los hechizos.
En lo tocante a este asunto, Monardes da cuenta de lo visto a un
criado de Juan de Quintana Dueñas, un burgalés que vomitó en su
presencia una gran madeja de cabellos castaños delgados. Luego señala
otros casos en Alemania y acaba con la siguiente frase:
“estas cosas yo las atribuyo a obras del demonio que no se puede
reducir a obras naturales”.
Concluye la semejanza entre la planta americana y la española, con
lo cual parece consagrarla para el éxito en asuntos relacionados con
curaciones debidas a cuestiones relacionadas con la hechicería.
Durante el siglo XVII se ocupa de ella Fray Esteban Villa.79 Sigue en
el mismo paradigma terapéutico y ve potencias sanadoras y mágicas.
Según dice, su apelativo de herba sagminalis se debe al empleo
expiatorio por parte de Cónsules y Pretores. La cogían de lugares sagrados
y servía para purificar el altar de Júpiter y los hogares nobles.
La denominación de herba ferraria, se debería a su facultad de
incrementar la dureza del hierro.
78 Nicolás MONARDES, Primera y segunda y tercera partes de la Historia Medicinal: de las
cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales, que sirven en Medicina, Sevilla, Fernando
Díaz, 1580, pág. 87v.
79 Fray Esteban VILLA, Segunda parte de simples incógnitos en la medicina, Burgos: Pedro
Gómez de Valdivieso, 1654, cap. IX.
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Explica el hallazgo, en el Perú, de una hierba igual a nuestra verbena. Con
ella fue tratada una señora por un curandero indio y expulsó una lombriz
muy grande. Por tanto aconseja la verbena indiana como antihelmíntico.
Ni siquiera allí se liberó de sus connotaciones mágicas. A un criado,
de quien se sospechaba le habían hechizado, le trataron con el zumo de la
verbena y vomitó muchas cosas de diferentes colores. Concluyeron que
eran la materialización de los hechizos.
En lo tocante a este asunto, Monardes da cuenta de lo visto a un
criado de Juan de Quintana Dueñas, un burgalés que vomitó en su
presencia una gran madeja de cabellos castaños delgados. Luego señala
otros casos en Alemania y acaba con la siguiente frase:
“estas cosas yo las atribuyo a obras del demonio que no se puede
reducir a obras naturales”.
Concluye la semejanza entre la planta americana y la española, con
lo cual parece consagrarla para el éxito en asuntos relacionados con
curaciones debidas a cuestiones relacionadas con la hechicería.
Durante el siglo XVII se ocupa de ella Fray Esteban Villa.79 Sigue en
el mismo paradigma terapéutico y ve potencias sanadoras y mágicas.
Según dice, su apelativo de herba sagminalis se debe al empleo
expiatorio por parte de Cónsules y Pretores. La cogían de lugares sagrados
y servía para purificar el altar de Júpiter y los hogares nobles.
La denominación de herba ferraria, se debería a su facultad de
incrementar la dureza del hierro.
78 Nicolás MONARDES, Primera y segunda y tercera partes de la Historia Medicinal: de las
cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales, que sirven en Medicina, Sevilla, Fernando
Díaz, 1580, pág. 87v.
79 Fray Esteban VILLA, Segunda parte de simples incógnitos en la medicina, Burgos: Pedro
Gómez de Valdivieso, 1654, cap. IX.
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