Page 70 - Medicamentos fantásticos
P. 70
antiespasmódico, ligeramente diurético y al exterior vulnerario, para
combatir los dolores articulares. El alcohol de romero sigue utilizándose en
el alivio de partes doloridas o fatigadas por el excesivo ejercicio.

Andrés Laguna, en su Dioscórides, da cuenta de su virtud para
mitigar dolores y cansancios. Según él sirve su sahumerio contra la tos, el
catarro y el romadizo; preserva la casa del aire corrupto y de la pestilencia;
hace huir las serpientes de allí, aviva el entendimiento, devuelve la
memoria perdida y es saludable contra todas las enfermedades frías.

Durante el siglo XVI se preparó el Agua de la Reina de Hungría,
mediante la destilación de las sumidades floridas de romero en alcohol,
reputado como gran conservante de la piel femenina, casi la panacea de la
eterna juventud.

Formó parte del vino de ajenjos, el Bálsamo de Aparicio, el de
Porras, el aceite antirreumático del Fraile y el Bálsamo Tranquilo.74

En definitiva, un simple muy reputado, con cualidades terapéuticas
limitadísimas.

Suerte tuvo Don Quijote de no ver infectada su herida de la oreja
con la saliva del cabrero, la sal, ahí, haría su efecto y tendría también su
aquél de mortificación75.

La verbena, peristereôn o hierba sagrada

Se trata de la Verbena officinalis L. que en la antigüedad llegó a
considerarse, también una auténtica panacea.

Dioscórides76 aconseja las hojas y la raíz, bebidas con vino o en
forma de emplasto para las llagas, el fuego de San Antón, ictericia e
inflamaciones.

74 Pío FONT QUER, op., cit., pág. 651 y ss. Diccionario de Farmacia, op., cit.
75 Javier PUERTO, La fuerza de Fierabrás. Medicina, ciencia y terapéutica en tiempos del
Quijote. Madrid: Just in Time, SL., 2005, PÁG. 191-192.

70
   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75