Page 123 - A. Doadrio: Quimica Inorganica
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La
contracción
muscular
La
contracción
muscular
se
produce
por
una
salida
de
calcio
desde
sus
depósitos
para
unirse
a
la
troponina.
Esta
salida
es
regulada
por
el
propio
calcio
mediante
una
señal
biológica,
que
depende
de
la
concentración
de
calcio
intracelular.
Cuando
el
Ca2+
entra
en
la
célula
–a
favor
de
gradiente-‐
se
produce
la
contracción
muscular
y
cuando
sale
y
recupera
sus
niveles
intracelulares,
ocurre
lo
contrario,
la
relajación
del
músculo.
Este
tipo
de
señales
actúan
como
interruptores
on-‐off
(de
encendido
y
apagado).
En
el
músculo
esquelético
y
en
el
cardiaco,
la
unidad
anatómica
y
funcional
es
el
sarcómero,
que
se
encuentra
limitado
por
dos
líneas
denominadas
líneas
Z,
con
dos
zonas,
las
llamadas
bandas
A
y
las
I
(con
dos
semizonas).
Las
bandas
A,
contienen
fibras
de
proteínas
de
miosina
(gruesas)
y
actina
(finas)
y
las
I
solo
fibras
finas
de
actina.
En
la
fase
de
relajación
muscular,
estas
proteínas
apenas
se
superponen,
pero
en
la
fase
de
contracción,
ocurre
que
la
actina
se
superpone
casi
por
completo
sobre
los
filamentos
de
miosina,
de
tal
manera
que
los
filamentos
de
actina,
se
desplazan
sobre
ellos
mismos
y
sobre
la
miosina,
y
se
entrelazan.
Además,
hay
otras
dos
proteínas
muy
importantes:
la
troponina,
que
recubre
a
la
actina
y
la
tropomiosina,
que
envuelve
a
los
sitios
de
unión
de
la
miosina
a
la
actina.
La
troponina
tiene
tres
subunidades:
T,
I
y
C.
La
subida
en
la
concentración
de
calcio
en
el
citosol,
provoca
la
salida
de
calcio
del
retículo
sarcoplásmico,
a
través
de
sus
canales,
ya
que
la
señal
de
calcio
se
transmite
desde
los
túbulos
T,
activándose
un
receptor
de
rianodina
que
abre
el
canal
de
salida.
El
consiguiente
aumento
del
calcio
en
el
sarcoplasma
hace
que
se
una
a
la
troponina
C,
provocando
la
contracción
muscular
que
cesa
al
recuperarse
la
concentración
normal
de
calcio
en
el
citosol,
lo
que
conduce
a
la
ruptura
del
complejo
troponina
C-‐Ca2+
y
el
regreso
de
éste
al
retículo.
LA
CONTRACCIÓN
MUSCULAR
|123
contracción
muscular
La
contracción
muscular
se
produce
por
una
salida
de
calcio
desde
sus
depósitos
para
unirse
a
la
troponina.
Esta
salida
es
regulada
por
el
propio
calcio
mediante
una
señal
biológica,
que
depende
de
la
concentración
de
calcio
intracelular.
Cuando
el
Ca2+
entra
en
la
célula
–a
favor
de
gradiente-‐
se
produce
la
contracción
muscular
y
cuando
sale
y
recupera
sus
niveles
intracelulares,
ocurre
lo
contrario,
la
relajación
del
músculo.
Este
tipo
de
señales
actúan
como
interruptores
on-‐off
(de
encendido
y
apagado).
En
el
músculo
esquelético
y
en
el
cardiaco,
la
unidad
anatómica
y
funcional
es
el
sarcómero,
que
se
encuentra
limitado
por
dos
líneas
denominadas
líneas
Z,
con
dos
zonas,
las
llamadas
bandas
A
y
las
I
(con
dos
semizonas).
Las
bandas
A,
contienen
fibras
de
proteínas
de
miosina
(gruesas)
y
actina
(finas)
y
las
I
solo
fibras
finas
de
actina.
En
la
fase
de
relajación
muscular,
estas
proteínas
apenas
se
superponen,
pero
en
la
fase
de
contracción,
ocurre
que
la
actina
se
superpone
casi
por
completo
sobre
los
filamentos
de
miosina,
de
tal
manera
que
los
filamentos
de
actina,
se
desplazan
sobre
ellos
mismos
y
sobre
la
miosina,
y
se
entrelazan.
Además,
hay
otras
dos
proteínas
muy
importantes:
la
troponina,
que
recubre
a
la
actina
y
la
tropomiosina,
que
envuelve
a
los
sitios
de
unión
de
la
miosina
a
la
actina.
La
troponina
tiene
tres
subunidades:
T,
I
y
C.
La
subida
en
la
concentración
de
calcio
en
el
citosol,
provoca
la
salida
de
calcio
del
retículo
sarcoplásmico,
a
través
de
sus
canales,
ya
que
la
señal
de
calcio
se
transmite
desde
los
túbulos
T,
activándose
un
receptor
de
rianodina
que
abre
el
canal
de
salida.
El
consiguiente
aumento
del
calcio
en
el
sarcoplasma
hace
que
se
una
a
la
troponina
C,
provocando
la
contracción
muscular
que
cesa
al
recuperarse
la
concentración
normal
de
calcio
en
el
citosol,
lo
que
conduce
a
la
ruptura
del
complejo
troponina
C-‐Ca2+
y
el
regreso
de
éste
al
retículo.
LA
CONTRACCIÓN
MUSCULAR
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