J. R. Lacadena, J. A. Esteban, B. dePascual
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Thomas Südhof se reunió con nosotros y atendió a los periodistas, tanto locales
como nacionales, que a duras penas habían tenido tiempo para enterarse de la
noticia y preparar la entrevista. A pesar de lo improvisado de la situación, todo
transcurrió en un ambiente relajado y cordial. Thomas Südhof se prestó siempre
debuenánimoy conuna sonrisaa las sucesivas entrevistas y sesiones fotográficas
que le fueron pidiendo (conviene recordar que había pasado la noche anterior
volando desde California aMadrid, para luego conducir durante tres horas por su
cuenta hasta Baeza). Quizá un ejemplomás del buen talante y profesionalidad de
Thomas Südhof fue que, concluidas la ronda de entrevistas; nos dispusimos a
continuar con el programa científico del congreso… ¡en el que él era el próximo
ponente! En efecto, Thomas Südhof entró en la sala de conferencias, donde fue
recibido con aplausos y el público en pie. Tras los agradecimientos de rigor, tuvo
lugar su conferencia, en la que nos presentó los últimos trabajos que están
realizando en el laboratorio, sobre los cuales hablaré un poco más adelante. En
conclusión, esta feliz coincidencia, además de crear un poco de revuelo en la
tranquila ciudad de Baeza, sirvió para resaltar la importancia del tema de
investigación que nos ocupa, y para que los estudiantes (y profesores) tuvieran la
oportunidaddeconocerycharlar conunPremioNobel “decarneyhueso”.
Como mencionaba al comienzo, el Premio Nobel de este año reconoce las
investigaciones de Randy Sheckman, James Rothman y Thomas Südhof sobre el
sistemade transporteenel interiorde lacélula. Cadacélulaesunapequeña fábrica
que produce y exportamoléculas, ya sean señales químicas para la comunicación
nerviosa, oenzimas degradativas en las células que rodeanel tubodigestivo. Estas
moléculas (o cargamentos) se empaquetan en pequeños compartimentos de
membrana llamados vesículas, que son luego transportados por el interior de la
célula de una manera exquisitamente dirigida para llegar al lugar correcto en el
momento adecuado. El trabajo de estos tres investigadores ha contribuido a
elucidarengranmedidacómoestesistemade transporteseorganizayregulaenel
interior de la célula. Un aspecto interesante de sus investigaciones es que fueron
fundamentalmente de índole básica, es decir, no estaban necesariamente
encaminadas u orientadas a resolver o tratar una enfermedad o problema social
determinado. Por supuesto, como comentaré al final, sus resultados han resultado
degranutilidadpara comprender, yenpartealiviar,múltiples enfermedades. Pero
es importante resaltar, en estos tiempos de recortes presupuestarios, que la
investigación básica siempre encuentra aplicaciones prácticas, muchas veces
inesperadas, aunque generalmente a largo plazo. A continuación paso a reseñar
brevemente algunos aspectos destacados de la investigación llevada a cabo por
estos investigadores.
La aproximación de Randy Sheckman fue fundamentalmente genética. La
hipótesis básica es que si queremos entender el sistema de transporte de