Page 86 - Medicamentos fantásticos
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En el siglo XVI Laguna, como ya dijimos, lo confunde con el perejil, el
cual, en su opinión tiene virtudes positivas, pero también por su olor
pesado o “por alguna propiedad a nosotros no manifiesta”, engendra gota
coral. No sólo al comerlo u olerlo; en algunos con sólo mirarlo.

El perejil, confundido por él con el apio -repito-, sería “capital
enemigo” de los bebés, porque se le atribuía la propiedad de disminuir la
leche a las recién paridas. Por eso habían de guardarlo lejos de su vista.
Tampoco lo consideraba bueno para comer, pues antiguamente se tenía
por “delicado pasto de difuntos” y coronaban las sepulturas con él.

En los libros de agricultura107, aunque aparece como hierba
medicinal, se indica la manera de cultivarlo, alrededor de las albercas y
cauces de agua. Lo consideran semejante al perejil, “salvo que no es de tan
buen labor y no es tan seco”. Las propiedades curativas resultan
grandísimas:

 Abre las opilaciones del bazo y el hígado.
 Despierta la orina y hace sudar.
 Majado con miel aclara la vista y quita el dolor de los ojos.
 Si los peces de una alberca están enfermos se curan con apio.
 Despierta la orina y “la flor” de las mujeres.
 Quebranta la piedra de la vejiga.
 Limpia los riñones.
 Quita el dolor de los lomos.
 Alarga “el huelgo” a los que lo tienen corto y excita a la

lujuria.

Es malo para quien tiene gota coral y para las mujeres que
amamantan.

107 Gabriel ALONSO DE HERRERA, Obra de agricultura, Alcalá de Henares, Arnao Guillén de
Brocar, 1513, fol. CV.

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